Motor

Los 'e-fuels', una solución viable para 1.300 millones de coches con motor térmico

  • Porsche lleva años trabajando sobre los 'e-fuels' en una planta en la Patagonia chilena
  • Se utiliza agua y energía para producir hidrógeno y este se combina con CO2 extraído del aire para producir el 'e-fuel'
Esta es la planta de Punta Arenas, en Chile, en la que se produce e-fuel desde el año 2021.

Los 'e-fuels' son una solución viable para que muchos de los 1.300 millones de vehículos con motor térmico que funcionan por el mundo puedan seguir funcionando. Para su producción solo requiere agua, CO2 y mucha energía, y su saldo de CO2 es neutro.

Desde hace unos años el debate sobre el futuro de la movilidad se centra en el coche eléctrico de baterías, en su precio y en la deficiente infraestructura de recarga de estos vehículos a nivel mundial. También se habla de la insuficiente capacidad eléctrica necesaria para poder recargar a diario los nuevos vehículos eléctricos.

Sin embargo poca gente se ha parado a pensar que en la actualidad hay cerca de 1.300 millones de vehículos con motor de combustión en el mundo, ya sea diésel o de gasolina, y que estos vehículos están abocados a una muerte rápida. ¿Es ecológico y sostenible tirar a la basura 1.300 millones de coches?

Lo mejor de los e-fuel es que permiten su uso en muchos vehículos con motor térmico.

La edad media del parque de vehículos en España es de 14 años y esta sigue subiendo. La obligación de comprar un coche eléctrico, que todavía no cubre las necesidades de la mayor parte de los usuarios, está haciendo que esa edad crezca mucho más rápido que antes. Esto mismo está ocurriendo en muchos otros países. Y el resultado es lo contrario de lo que se buscaba cuando los políticos, sobre todo los de Bruselas, decidieron apostarlo todo al coche eléctrico de baterías.

Una solución

Sin embargo todavía queda una solución intermedia, que hay que valorar y sopesar en su justa medida. Son los 'e-fuels'. Detrás de esta denominación están los combustibles que hacen sostenible la utilización de vehículos con motor térmico y que permiten rebajar las emisiones de CO2 y de otros contaminantes de manera drástica.

Los principales fabricantes ya están detrás de este nuevo combustible, que permitiría reducir notablemente las emisiones contaminantes sin tener que tirar a la basura los 1.300 millones de coches con motor térmico que siguen circulando por todo el mundo.

Pero básicamente qué es un 'e-fuel'. Es un combustible que se obtiene a partir de agua y de una gran cantidad de energía. Un combustible similar a la gasolina o el gasóleo que se puede utilizar directamente en la mayor parte de los vehículos modernos.

El primer paso en la fabricación de los 'e-fuels' es la electrólisis del agua para la producción de hidrógeno. Requiere una gran cantidad de energía, que es lo que hace tan importante la disponibilidad perpetua de energía verde. El agua (H2O) es un compuesto químico muy estable. Dos átomos de hidrógeno se enlazan con un átomo de oxígeno para formar esa molécula.

La clave es que se utiliza mucho CO2 de la atmósfera para producir el e-fuel.

Por ello, se necesita una gran cantidad de energía para poder separar el hidrógeno en este compuesto. Como el viento patagónico ofrece una energía casi inagotable, el hidrógeno puede generarse allí de forma más sostenible y asequible. En regiones donde la energía es limitada, toda la electricidad se debe utilizar directamente, para que su rendimiento sea máximo.

Absorber el CO2

Además del hidrógeno, la producción de 'e-fuel' requiere un segundo componente, el dióxido de carbono (CO2). Es un gas de efecto invernadero que, en altas concentraciones en la atmósfera, provoca el calentamiento global. El CO2 puede separarse del aire mediante una captura directa. Consiste en hacer pasar el aire a través de un filtro cerámico, similar al catalizador de un coche.

Sin embargo, en lugar de metales preciosos como en el catalizador, los canales de flujo utilizan una sustancia química para retener las moléculas de CO2. Una vez que todos los espacios están llenos de CO2, el filtro se cierra y se calienta. El calor libera este CO2, que puede ser aspirado a un depósito. En concreto, un litro de e-fuel requiere el hidrógeno de tres litros de agua de mar desalinizada y el CO2 de 6.000 metros cúbicos de aire.

Lógicamente, siempre hay detractores de todas las nuevas tecnologías, y en este caso se plantean dos problemas diferentes. Por un lado, plantean que los vehículos que utilizan estos e-fuels, aunque en su producción se ha sacado de la atmósfera mucha cantidad de CO2, en realidad luego vuelven a emitir CO2 en la ciudad o la carretera. Pero el balance es neutro o prácticamente neutro en CO2.

Mucha energía

La otra pega que plantean algunos expertos, muchos movidos por sus intereses particulares, es que requiere demasiada energía. Si la energía que se utilizará para producir este 'e-fuel' se obtuviera quemando petróleo o carbón, sin duda esto también sería un problema y haría inviables los 'e-fuels'. Pero si esa energía se consigue poniendo grandes aerogeneradores en los sitios donde hay más cantidad de viento y durante más días, el resultado sería bastante bueno.

Se diga lo que se diga, hay muchos expertos que siguen defendiendo el coche eléctrico con 600 kilos adicionales de peso en baterías. Unas baterías que a los 10 años hay que tirar y volver a comprar unas nuevas. Además, está la imposibilidad material de producir baterías para tantos millones de coches como los que requiere la electrificación global del automóvil. Por ello, el empleo de los 'e-fuels' es una interesante alternativa.

Hay muchos fabricantes que están apostando por ello, Toyota, el grupo Stellantis o el grupo Volkswagen, entre otros, son un buen ejemplo. Pero sin duda la que más ha hecho en este sentido es Porsche. La marca alemana lleva años apostando por estos combustibles producidos en una planta en la Patagonia chilena.

Cuál es la razón de instalar una planta en aquella región del mundo. La clave es que es una zona donde hay fuertes vientos de manera casi permanente. Según los estudios hay 270 días al año en los que la producción eólica sería muy fuerte, cuando en Alemania de media solo hay 66 días de producción eólica suficiente. Por todo ello, esta planta de Chile es una muy buena solución para dar viabilidad a 1.300 millones de vehículos para que sigan rodando por todo el mundo.

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