
El 2022 fue un año difícil para la recuperación de la automoción. Un sector que fue castigado por la crisis de los chips, la guerra en Ucrania, el aumento de la inflación, los sobrecostes energéticos, los cuellos de botella y problemas logísticos, entre otros.
Con todos estos condicionantes, los fabricantes automovilísticos, asociados de la patronal de fabricantes de vehículos (Anfac), obtuvieron un beneficio neto de 767 millones de euros, lo que supone una reducción del 33,5% en tasa interanual, frente a los 1.154 millones de euros que ganaron un año antes. Por el contrario, según el Informe Anual 2022 de Anfac, la facturación aumentó un 15,8% frente a 2021, hasta alcanzar los 70.392 millones de euros.
Por otro lado, en cuanto a recaudación fiscal, la automoción aportó 39.177 millones de euros a las arcas públicas, un 13,2% más. Uno de los más importantes fue el impuesto de matriculación que mejora su recaudación en un 7,8% respecto al ejercicio previo, ascendiendo hasta los 4.590 millones de euros, pese a que el volumen del mercado se redujo un 7,3%, con 958.813 unidades. La recaudación por el consumo de carburantes también se disparó un 18,4%, hasta los 24.248 millones de euros.
Asimismo, el sector cerró el año con una balanza comercial positiva con un superávit de 16.457 millones de euros. El valor de las importaciones se situó en los 18.706 millones frente al valor de las exportaciones que fue de 35.164 millones de euros.
Ante la inevitable transformación que está sufriendo el sector, otra de las variables estudiadas fue la inversión. Durante el pasado año, los fabricantes invirtieron un total de 1.710 millones de euros, lo que representa un crecimiento interanual del 14,5%, confirmando la relevancia que España tiene como polo industrial para la automoción.
Por su parte, el volumen de empleos directos en las 17 fábricas españolas se mantuvo en 62.341 puestos de trabajo, un ligero crecimiento del 1% debido a la resolución de la mayoría de los ERTES tras la mejora del ritmo de producción. El director general de Anfac, José López-Tafall, ha explicado que la recuperación del empleo en el sector refleja "la resiliencia de una industria que aporta el 10% del PIB español".
Avance de la electromovilidad
La oferta en España de modelos electrificados sigue creciendo, aunque la cuota de estos modelos de cero y bajas emisiones sigue manteniéndose en un 9%. El objetivo para este año sería alcanzar las 190.000 unidades para cumplir con los objetivos de descarbonización. Sin embargo, según las estimaciones de la patronal, los vehículos electrificados no llegarán a las 100.000 unidades este año.
Respecto al mercado en general, las ventas son un 27% inferiores a las cifras de 2019 aunque logran crecer un 24% en este primer semestre. El objetivo era alcanzar los 1,3 millones de ventas y recuperar el volumen "normal" del mercado, pero ante la situación del sector, este año se quedarán por debajo del millón, alrededor de las 950.000 unidades. Asimismo, López-Tafall ha calificado de "negativo" que la edad del parque automovilístico siga aumentando. El pasado año se situó en 13,9 años en España, que supera la media europea de 11,8 años.
La patronal de los fabricantes apuesta por consolidar un modelo de movilidad coherente en todo el territorio que preserve la unidad de mercado, el progreso de los sectores y garantice la libre movilidad a los ciudadanos.
Nuevo programa de incentivos
A diez días de las elecciones, Anfac ha puesto de manifiesto que los objetivos de la patronal son los mismos, sin importar el resultado de los comicios del próximo 23 de julio. Concretamente, López-Tafall ha hecho referencia al papel de España como potencia industrial, posicionándonos como primer productor europeo y a conseguir que el país cumpla sus compromisos medioambientales, reduciendo las emisiones y mejorando la calidad del aire y bienestar de los ciudadanos. "Estos dos objetivos se tienen que reforzar y complementar mutuamente", ha apostillado.
Con ello, la asociación propone un plan de acción con cuatro pilares y políticas 360 grados. En un primer momento, Anfac ha pedido reformar los programas de incentivos con el objetivo de que sean más "eficientes" para llegar antes a los ciudadanos y también evitar costes y trámites a la Administración Pública. También que se asegure la disponibilidad de los fondos de programas como el Moves III y el Moves Mitma, en este último ya hay alguna limitación. Además, ante la creciente antigüedad del parque, Anfac apuesta por recuperar las ayudas de la renovación del mismo y como consecuencia, ayudar a los transportistas para descarbonizar el vehículo industrial y autobuses.
Además, la asociación lleva tiempo defendiendo una nueva fiscalidad para atraer a que empresas renueven sus flotas para cumplir con los objetivos de descarbonización. Así, el segundo punto hace referencia a políticas de deducción de impuestos tanto para vehículos e infraestructuras como para los vehículos electrificados de flotas, empresas y autónomos.
En tercer lugar, Anfac reclama una nueva Ley de Industria que priorice los sectores clave y atraiga nuevas inversiones en electrificación y descarbonización, dando continuidad a los Perte sectoriales. Todo ello, complementado con un mejor tratamiento fiscal para la innovación y una nueva política industrial que tenga el foco en la relocalización, preserve la competitividad actual y fomente las nuevas ventajas competitivas.
Finalmente, la patronal reclama impulsar las infraestructuras de recarga de "manera efectiva" y que esto se materialice en un plan de ayudas específicas (Moves Recargas) para impulsar la recarga de alta potencia y evitar zonas sombra en el territorio y la creación de un Centro Estatal dependiente del Mitma que se encargue de coordinar y supervisar el despliegue de puntos de recarga en España.