Pese a que de habitual tiene poco, las recientes reservas de Alemania a la prohibición de la venta de vehículos de combustión en 2035 han postergado su adopción. Y tiene poco de habitual, precisamente, porque a estas alturas de la negociación debía salir adelante sin grandes debates. No obstante, las reticencias de Berlín y Roma han propiciado que los embajadores de los Veintisiete hayan pospuesto este viernes la votación de la medida. Y si había sido planeada para el 7 de marzo, por el momento no hay fecha prevista para volver sobre el tema.
Ha sido en una publicación en Twitter la presidencia de turno de la UE, en manos de Suecia en este primer semestre del año, ha dado cuenta de ello este viernes al explicar que los embajadores han decidido "posponer la decisión sobre el objetivo de emisiones de los coches en 2035 del siete de marzo a una reunión posterior".
Será "a su debido tiempo" cuando los embajadores vuelvan a abordar el tema, según explica la publicación, sin más detalle sobre la fecha. Y es que Berlín ha exhortado de nuevo a establecer excepciones para los combustibles sintéticos y Roma no ve con buenos ojos los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones marcados para 2035.
Tras más de un año de negociaciones, la Comisión Europea, los Estados miembro y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo en octubre sobre el veto a la venta de los vehículos de combustión en los llamados trílogos. Ya solamente faltaba el visto bueno de los embajadores el próximo 7 de marzo, después de que en febrero el Parlamento Europeo diera su visto bueno a la norma y previamente, en noviembre, los embajadores representantes permanentes de los Veintisiete sacaran adelante un acuerdo.
Una solución a tal cuestión requeriría la intervención de la Comisión Europea. Las esperanzas están puestas en que Alemania claudique ante una promesa de propuesta del Ejecutivo comunitario al amparo de la revisión prevista para 2026, con excepciones para estos combustibles sintéticos.
Así es que el diálogo entre Frans Timmermans, responsable de la política climática comunitaria, y Berlín avanzan y la vista está puesta en el encuentro entre la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el Canciller, Olaf Scholz, el domingo.
Preguntada por esta cuestión, la portavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant, ha explicado este viernes que Bruselas está debatiendo sobre "las recientes preocupaciones" acerca de esta medida y que quiere "entender tales preocupaciones mejor" antes de decidir la forma en que pueden ser resueltas.
"La propuesta que hemos hecho se basa en la neutralidad tecnológica para alcanzar las cero emisiones de CO2 en 2035", ha aclarado Spinant. En un paso más, ha recordado que el texto contempla una evaluación del progreso para alcanzar ese objetivo por parte del Ejecutivo comunitario, teniendo en cuenta "los avances tecnológicos".
La norma es uno de los principales pilares de la legislación del Pacto Verde Europeo, pese al revuelo suscitado en los últimos pasos de su tramitación. Y si nunca ha estado exenta de polémica, ahora el bloqueo de Berlín y Roma, junto con los movimientos de Polonia y Hungría, podrían propiciar que no salga adelante.
Desde Bruselas han descartado que Ursula Von der Leyen y Scholz, aborden la cuestión en su próximo encuentro, aunque podría surgir durante la conversación o en los márgenes de la misma.
La preocupación de Italia, reacia a unas ambiciones sobre emisiones tan elevadas, pasa también por la industria auxiliar de los motores de combustión y la pérdida de puestos de trabajo que implicará tal transición. Un impacto que Bruselas juzga analizado tras consultar con las partes interesadas de los mercados y los Estados miembro.
Y como trasfondo de la cuestión está el temor a que esta controversia pueda suscitar que bloqueos similares lleguen a afectar a otras medidas al amparo del Pacto Verde europeo, que marca el camino hacia las cero emisiones en 2050.