La transformación de la industria automovilística hacia la electromovilidad se encuentra en sus primeros pasos. Los grandes fabricantes adaptan sus plantas para la fabricación de modelos cero emisiones a través de inversiones multimillonarias.
Y en este proceso el camino abierto por Tesla parecía ser el correcto a la hora de situarse en una posición prioritaria. Pero adentrarse en el mundo industrial no es sencillo. Sin ir más lejos, Tesla retrasó varios meses la producción del Model 3 y se está encontrando con los mismos problemas a la hora de fabricar el Cybertruck, su primera camioneta 100% eléctrica. Aunque el camino que la compañía norteamericana ha seguido en el parqué no tiene nada que ver con la realidad, Tesla se ha visto obligada a reducir el precio de sus vehículos con el objetivo de incrementar las ventas. Y es que la compañía se había marcado el objetivo de incrementar las ventas un 50% en 2022, porcentaje que no se cmplió, pues se quedó en el 40%, con 1.313.851 vehículos comercializados.
Por ello, la compañía llevó el pasado mes de enero una reducción en los precios en Estados Unidos, Europa, China y Oriente Medio. El objetivo que se esconde tras esta política es hacer más daño a los competidores en detrimento de los márgenes. Una política que Tesla se puede permitir llevar a cabo, ya que su margen operativo en 2022 alcanzó el 16,8%, más de cuatro puntos por encima del margen logrado en el ejercicio anterior.
No obstante, tan solo ha habido una automovilística que ha seguido los pasos de Tesla. Ford ha hecho lo propio en Estados Unidos con su modelo eléctrico Mustang Mach-E. La marca del óvalo ha recortado hasta en 5.900 dólares (5.480 euros al cambio actual) el coste de la variante más cara, es decir, la que cuenta con una capacidad de batería más elevada. Asimismo, la reducción del precio del modelo de acceso se sitúa en los 900 dólares (835 euros). El constructor norteamericano justificó esta decisión "para ayudar a reducir los tiempos de espera de los clientes y aprovechar la racionalización de los costes para reducir los precios en general". Una decisión que en España no se ha replicado. Pese a ello, desde la filial española confirman a elEconomista.es que cuentan con una promoción de hasta 11.000 euros de descuento en la versión más básica del Mustang Mach-E.
A finales de la semana pasada, Lucid también se sumó al recorte de precios. Concretamente, lo hizo en los modelos Lucid Air Touring y Air Grand Touring. La compañía, que produce modelos eléctricos de lujo, anunció una reducción de 7.500 dólares (7.000 euros al cambio actual) en la compra de estos modelos realizadas antes del 31 de marzo. Y es que, debido a los límites de precio de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), Lucid no se podía beneficiar de estos descuentos ofrecidos por el Gobierno de EEUU. Por ello, la compañía ha llevado a cabo esta campaña a través de fondos propios.
Nadie más sigue a Tesla y Ford
Pero esta situación no ha sido acompañada por los grandes fabricantes de vehículos. Y es que se prevé que esta medida tenga un mayor efecto en los nuevos fabricantes de eléctricos, que en los grupos automotrices consolidados. De esta manera, los fabricantes ya establecidos pueden seguir beneficiándose de las ventas de modelos electrificados y de combustión en un momento de transformación en el que la demanda sigue siendo elevada y la oferta aún no ha recuperado los ritmos normales debido a la escasez de materias primas.
BMW, General Motors, Hyundai, Mercedes-Benz, Renault, el Grupo Volkswagen y Volvo se han negado en rotundo a seguir la estela de Tesla. Oliver Blume, presidente del Grupo Volkswagen, reconoció que el consorcio automovilístico alemán no entraría en una guerra de precios con Tesla, ya que "tenemos una estrategia de precios clara y que se centra en la fiabilidad". El directivo alemán reconoció que confían en la fortaleza de sus productos y marcas. Mary Barra, presidenta y consejera delegada de General Motors, apuntó en una conferencia con analistas que "con la fortaleza de nuestra cartera de productos y lo que tenemos por delante, estamos bien posicionados".

En la misma situación se encuentran Mercedes-Benz y Hyundai. Tanto la marca alemana como la surcoreana han asegurado que no tienen planes de reducir los precios de sus vehículos eléctricos. Y no es de extrañar. La transformación del sector, unido al alza de los tipos de interés y al coste de los vehículos, ha provocado grandes márgenes para los fabricantes. Unos rendimientos que son necesarios para acometer las importantes inversiones que han de llevar a cabo en la electromovilidad.
En el caso de Renault, tampoco se va a producir una reducción en el precio de los eléctricos. Luca de Meo, consejero delegado del Grupo Renault, aseguró que una batalla sobre los precios de los coches eléctricos en estos momentos, cuando acaban de empezar a funcionar, no es lo mejor que le podría pasar a la industria.
La última automovilística en reconocer que no seguirá los pasos de Tesla ha sido Volvo Cars. El presidente y consejero delegado de la firma sueca, Jim Rowan, aseguró que no había necesidad de reducir los precios ya que la demanda de los automóviles sigue siendo alta y la compañía tiene una sólida cartera de pedidos para sus vehículos eléctricos.