
Porsche ultima las pruebas previas al lanzamiento de su nuevo Cayenne, una versión renovada de la tercera generación del todocamino alemán, que se presentará oficialmente la próxima primavera.
El Cayenne fue un coche que marcó el futuro de la marca Porsche, porque suponía entrar en un mercado totalmente diferente como era el del todoterreno grande, tan alejado de la deportividad que caracteriza a los modelos de la marca alemana. Además, aquella primera generación del Cayenne era un vehículo todoterreno de verdad, con marchas reductoras y bloqueos de diferencial. Y por si no era bastante cambio, también sumaba el empleo de mecánicas diesel.
Todo ello supuso una verdadera revolución para la marca alemana. Pero con el paso de los años, el Cayenne se ha convertido en una pieza clave de la gama, que ha evolucionado mucho desde su lanzamiento. Ha pasado de ser un pesado todoterreno a ser un SUV más rápido y dinámico, más en la línea de lo que son los productos de la marca Porsche.
De todoterreno a SUV
Ahora, la marca prepara una amplia actualización de producto para la tercera generación de su modelo, que incluirá cambios en sus sistemas de propulsión, en el chasis y el diseño, e igualmente en su equipamiento. Y también tendrá interesantes mejoras en cuanto a conectividad, un aspecto clave en los nuevos modelos de Porsche.
Esta puesta al día se está preparando con pruebas de validación por todo el mundo. De momento, más de 4 millones de kilómetros han recorrido las unidades de pruebas en cuatro continentes. Una de las regiones en las que se han hecho las pruebas, y que hemos podido ver in situ, es en Muonio. Se trata de una región, en el norte de Finlandia y por encima del círculo polar, en la zona de Lapland, donde todo el grupo Volkswagen hace sus pruebas invernales.

Allí, los responsables de desarrollo de la marca de Stuttgart han podido probar no solo el nuevo Cayenne, sino también nuevas actualizaciones del Panamera y de su berlina eléctrica, el Taycan. También se trabaja allí con otras pruebas con el nuevo Macan 100 % eléctrico que llegará al mercado antes de acabar este año. Y es que la marca tiene por delante un año muy intenso de novedades y lanzamientos.
En esa zona hemos podido ver más de quince unidades de pruebas de los diferentes modelos, algunas tapadas y camufladas. Modelos que, a juzgar por sus dimensiones, corresponden a las berlinas grandes, Taycan y Panamera, pero también a las dos variantes del Cayenne, el normal y el Coupé e incluso alguna unidad del Macan, que debería ser el eléctrico.
Cuatro continentes
Sin duda los técnicos han tenido un intenso trabajo en estos días circulando por carreteras y pistas totalmente nevadas, además de en el lago de pruebas helado que utilizan las diferentes marcas del grupo Volkswagen para sus pruebas invernales. Allí, con temperaturas de hasta 35° bajo cero, han podido probar en las condiciones más extremas los vehículos. Pero también se están realizando pruebas en Asia, en África y en Norteamérica.
Entre los test que se han hecho en Europa, destacan unas duras pruebas de tipo todoterreno en las condiciones más difíciles, que se han realizado en España, pruebas de validación en las dunas de Marruecos o rodando en circuitos tan exigentes como el famoso Nordschleife de Nurburgring.
En todos estos entornos, tan diferentes, se ha sometido a las unidades de pruebas del Cayenne a los test más exigentes, recorriendo cada unidad más de 200.000 kilómetros en solo unas pocas semanas. En ellas se ha puesto a los vehículos en una situación extrema a la que nunca un usuario normal llevará su vehículo.
El objetivo es lograr que cualquier persona que compre un Porsche tenga la certeza de que su vehículo puede soportar esfuerzos excepcionalmente grandes, independientemente de la superficie por la que circule en cada momento. Unas pruebas muy exigentes para estar seguro de que el estreno del nuevo Porsche Cayenne, previsto en primavera, será un éxito rotundo, como es costumbre en todos los modelos de la marca de Stuttgart.