
El campo no espera a nadie. Y en un contexto de inflación como el actual y de escasez de materias primas, dejar pasar el tiempo en el campo puede suponer echar por tierra toda una cosecha.
Ante esta situación, el fabricante estadounidense de maquinaria agrícola John Deere ha acordado con la Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas (AFBF, por sus siglas en inglés) que los agricultores y ganaderos gocen de su derecho de reparación. El acuerdo marca una gran victoria para los grupos de defensa de los agricultores y consumidores, que se han quejado durante años sobre las limitaciones de reparación que John Deere impuso a sus productos y tecnología, desde bloqueos de software hasta requisitos para usar distribuidores oficiales para reparaciones. Con este acuerdo también se abre la puerta a que los talleres independientes puedan acceder a las reparaciones, opción que estaba limitada hasta ahora a los servicios de distribución oficiales. Además, ambas partes trabajarán juntas en el desarrollo de un proceso para educar a los agricultores e instalaciones independientes de reparación sobre las herramientas, software y documentación y los recursos disponibles para reparar y mantener el equipo agrícola.
"Un equipo es una gran inversión. Los agricultores deben tener la libertad de elegir dónde reparar el equipo, o repararlo ellos mismos, para ayudar a controlar los costes. El memorando de entendimiento compromete a John Deere a garantizar que los agricultores y las instalaciones de reparación independientes tengan acceso a muchas de las herramientas y el software necesarios para cultivar los alimentos, el combustible y la fibra de los que dependen las familias estadounidenses", reconoció el presidente de AFBF, Zippy Duvall. Por su parte, David Gilmore, vicepresidente sénior de ventas y marketing de agricultura y césped de John Deere, apuntó que "este acuerdo reafirma el compromiso duradero que Deere ha hecho para garantizar que nuestros clientes tengan las herramientas de diagnóstico y la información que necesitan para realizar muchas reparaciones en sus máquinas".
Y es que las restricciones impuestas por el fabricante provocaron múltiples demandas contra la empresa y crearon un dolor de cabeza en las relaciones públicas en el que los agricultores acusaron a John Deere de interferir con su capacidad para plantar y cosechar cultivos de manera oportuna.
El memorando de entendimiento firmado con AFBF brinda a los agricultores acceso a la misma documentación, datos y herramientas de diagnóstico de John Deere que utilizan los talleres de reparación autorizados de la empresa. De esta manera, los agricultores podrán diagnosticar y reparar equipos averiados por su cuenta o eligiendo una instalación de reparación independiente, que también tendrá acceso a las herramientas y datos patentados en los mismos términos justos y razonables. Una medida que provocará que los talleres no autorizados puedan reparar la maquinaria agrícola del fabricante norteamericano. Y es que, hasta la fecha, los nuevos equipamientos, los cuales incorporan mucha más tecnología, tan solo podían ser reparados por servicios oficiales de John Deere. A cambio, los funcionarios de AFBF acordaron abstenerse de introducir, promover o apoyar una legislación federal o estatal sobre el derecho de reparación que imponga obligaciones más allá de los compromisos de este memorando de entendimiento. Desde la AFBF reconocieron que este acuerdo alcanzado con John Deere puede servir para otros fabricantes, con los que ya se han iniciado conversaciones.
El derecho a reparar
Todo ello con el objetivo de evitar largas semanas de espera para una reparación oficial, la cual puede socavar los programas de cosecha en los campos norteamericanos. Y no es para menos, ya que John Deere controla el 53% del mercado de tractores grandes de Estados Unidos y desde mediados de la década de los 2000 estuvo trabajando para consolidar su red de concesionarios, según un informe del Grupo de Interés Público de EEUU (PIRG, por sus siglas en inglés). Tal es la consolidación de su red de distribución que el fabricante norteamericano cuenta con una cadena de concesionarios por cada 12.018 granjas y por cada 5,3 millones de acres (más de 2,14 millones de hectáreas) de tierras agrícolas estadounidenses.
Lo cierto es que el llamado derecho de reparación se ha convertido en un campo de batalla en la industria agrícola. Tal envergadura tiene este problema que en 2021 una orden ejecutiva de la Casa Blanca pidió a la Comisión Federal de Comercio que desarrollara nuevas reglas con el objetivo de promover el derecho a reparar. Tal es la importancia del derecho de reparación que a finales de 2022 Nueva York se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en promulgar una ley al respecto. No obstante, esta normativa quedó descafeinada a última hora, ya que entre los compromisos recogidos, la ley solo afecta a dispositivos fabricados y vendidos en Nueva York a partir del 1 de julio de 2018. Asimismo, fuera de la Ley de Reparación Justa Digital se quedaron los dispositivos médicos, los electrodomésticos y automóviles.