La carrera de la descarbonización ya ha comenzado con la meta fijada en 2035, año en el que no se podrá comercializar ningún modelo de combustión interna (diésel y gasolina) en la Unión Europea.
La gran mayoría de las automovilísticas ya han establecido unos objetivos de venta de este tipo de vehículos de cara a 2030. Así, en los nueve primeros meses del año Mini ha liderado las ventas de modelos 100% eléctricos, sin contar a Tesla que solo vende modelos eléctricos. La británica, propiedad del Grupo BMW, ha comercializado 29.191 vehículos eléctricos entre enero y septiembre, lo que supone el 13,9% del total de las entregas. Mini ha sido la marca con los objetivos más ambiciosos, ya que se ha comprometido a que el 50% de sus ventas sean eléctricas en 2027. Porsche, perteneciente al Grupo Volkswagen, se situó en segunda posición, ya que el 11,3% de sus entregas en los nueve primeros meses del año fueron modelos totalmente eléctricos.
En cuanto a los grupos automovilísticos, Volvo Cars es el que lidera la clasificación, con una cuota de eléctricos del 7,5%, ya que entre enero y septiembre logró comercializar 32.369 vehículos eléctricos. Le sigue el Grupo BMW, con una cuota del 7,1% en los nueve primeros meses del año.

Estos 12 años que restan para que entre en vigor la prohibición de comercializar modelos de combustión supone un reto para los fabricantes. Y es que han de maximizar los flujos de caja de su cartera actual de vehículos de combustión para acometer grandes inversiones en materia de electrificación. Así, fabricantes expuestos al mercado de masas, como Volkswagen, Stellantis y Renault están peor posicionados en comparación con los fabricantes premium (Mercedes-Benz, Volvo Cars, BMW) para convertir su cartera de vehículos de combustión a eléctricos, según un informe de Scope Ratings al que ha tenido acceso elEconomista.es. La agencia de calificación prevé que los ratios de inversión superen los niveles prepandémicos en 2024, impulsados principalmente por el gasto en I+D a medida que disminuye el ratio de capex puro.
Además, los fabricantes están tomando decisiones de inversión, que se traducen en una drástica racionalización de su gama de vehículos de combustión. Así, Volkswagen reducirá su gama de motores de combustión interna en un 60% para 2030. Los fabricantes dejarán de desarrollar sistemas de propulsión de combustión tan pronto como sea posible y podrían eliminar vehículos más pequeños por el coste de añadir tecnología de reducción de emisiones que supondrían entre 1.000 y 3.000 euros más por coche.