
El próximo 31 de diciembre, en escasos días, comienza una nueva edición del Dakar. La 45ª edición del rally-raid, que se celebra por cuarta vez en Arabia Saudí, finalizará el 15 enero después de recorrer 8.549 kilómetros, la mitad de ellos cronometrados.
La firma automovilística Audi afronta esta nueva edición con el rediseñado prototipo RS Q e-tron, que incorpora ahora las siglas E2 en recuerdo al mítico Audi Sport Quattro de rallies, pero con la misma alineación de pilotos.
El vehículo que conducirá el español Carlos Sainz recibió importantes modificaciones. La carrocería cuenta con una aerodinámica optimizada que contribuye a rebajar el centro de gravedad del vehículo.

Además, se ha reducido el peso en 90 kilogramos, algo que no beneficia el equipo puesto que este año se ha introducido un límite de peso mínimo de 2.100 kg para los coches que cuenten con tecnologías de propulsión alternativas, es decir, 100 kg más que el resto de participantes.
"Creo que el reglamento de la carrera debería, si no beneficiar, al menos no penalizar a los fabricantes que apuestan por una tecnología innovadora y por hacer que la competición sea más eficiente", apuntó el piloto en un encuentro con prensa celebrado en Madrid.
Y es que los tres prototipos de Audi cuentan con propulsión eléctrica y un convertidor de energía. También utilizarán combustible renovable, lo que reducirá en más de un 60% sus emisiones de CO2 en la competición.
"Audi ha sido valiente al apostar por un coche tan sofisticado para una carrera como el Dakar. Reparto eléctrico de la tracción, recuperación de energía que nos hace no tener que usar apenas los frenos, tres motores eléctricos y un motor de combustión. Es un reto tecnológico descomunal", destacó Sainz.

La pasada semana se publicaron las etapas de la que se estima que será una de las ediciones más exigentes de los últimos años. Las primeras especiales serán muy largas, con la particularidad de que los pilotos no tendrán el descanso que les permitía controlar la referencia de tiempo con los rivales. La segunda semana será con etapas más cortas, pero con muchas dunas y una zona del desierto inexplorada.
"La reducción de peso, que hace bajar el centro de gravedad, permite ganar agilidad y necesitamos menos esfuerzo de frenada. Pero creo que la tercera especial, de montaña y con un recorrido muy estrecho, será complicada para coches tan anchos, no va a ser fácil. Y el riesgo de pinchazos va a ser alto. En las especiales será complicado adelantar con el polvo… Pero el comportamiento del coche en arena y en zonas sinuosas es muy bueno", explicó el copiloto de Sainz, Lucas Cruz.