Desde hace décadas, las empresas recurren a la responsabilidad social corporativa (RSC) para compensar de alguna manera su impacto en la sociedad al tiempo que refuerzan la reputación de su marca. Uno de los pilares de las estrategias de RSC de todas las compañías, también las automovilísticas, es la sostenibilidad.
El Grupo BMW cuenta con una clara hoja de ruta en este ámbito. Su objetivo es suprimir la emisión de 200 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) para el año 2030, lo que equivale a 20 veces las emisiones de una ciudad como Barcelona. Para conseguirlo, el fabricante alemán reducirá sus emisiones en toda la cadena de valor.
En el ciclo de vida, se calcula que la reducción será como mínimo del 40% de CO2 por vehículo en 2030 frente a 2019. En el suministro, será por lo menos un 20% menos de CO2 por coche para 2030, mientras que, en la producción, la reducción de CO2 por vehículo asciende hasta un 80% para la próxima década. En el uso, el Grupo BMW estima que la reducción de las emisiones sea del 50% por vehículo para ese mismo año.
Su fin es que todos los modelos electrificados del Grupo BMW demuestren que son sustancialmente mejores que sus homólogos de combustión en términos de emisiones de CO2 a lo largo de toda la cadena de valor.
Así, se irán incrementando gradualmente el uso de materiales secundarios hasta el 50%. Los plásticos se usarán para la moqueta o los paneles, el aluminio para las llantas o el motor y los tejidos serán de tela o cuero, sin pieles de animales.
Cuando comience la próxima década, alrededor del 50% del total de las ventas del grupo serán eléctricos. Además, la marca Mini será 100% eléctrica ya que para el año 2024 se renovará toda la gama con nuevos vehículos que serán cero emisiones y contarán con un interior que recordará al de los primeros modelos de la marca.

El director de Mini España, Carlos Martínez, ha apuntado en un encuentro con prensa que para Mini la sostenibilidad está "intrínseca desde que nació". Hace 14 años, Mini desarrolló su primer vehículo eléctrico, un modelo del que se produjeron 600 unidades. En 2017, lanzaron al mercado el Mini Countryman en versión híbrida enchufable y dos años más tarde, llegó el coche más demandado de la marca en Europa, el Mini eléctrico.
"El objetivo es que el mundo quede igual o mejor después de fabricar un Mini", ha señalado Martínez. En línea con sus objetivos de RSC, Mini España se ha asociado con Gravity Wave para compensar su huella de carbono en un acuerdo que durará un año, hasta junio de 2023.
Mini X Gravity Wave
Mini se unió a Gravity Wave con el objetivo de retirar hasta 10.000 kg de residuos plásticos del fondo del Mar Mediterráneo. Con el proyecto 'Mini for the Oceans', la compañía se compromete a eliminar un kilogramo de desechos plásticos por cada compra de un Mini. Hasta la fecha ya se han retirado 2.000 kg del mar más contaminado del mundo.
Y es que según apunta el fundador de esta startup que nació en 2019, Julen Rodríguez, el Mediterráneo es el mar con más concentración de plástico de todo el mundo, pero el más fácil de limpiar puesto que no cuenta con grandes conexiones con océanos u otros mares. Cada año caen hasta ocho millones de toneladas de plástico al Mar Mediterráneo.
La compañía ha habilitado contenedores para que los pescadores puedan depositar allí las redes de pescas fantasmas que encuentran al salir a faenar. En colaboración con 85 empresas, Gravity Wave ha extraído 94.785 kg de plásticos del Mar Mediterráneo y ha recogido 67.778 kg de plásticos de sus cubos de prevención en puertos. En España están presentes en más de 35 puertos pesqueros y tienen presencia en cinco países.