
A la hora de comprar un coche de segunda mano, conviene verificar a fondo el estado general del vehículo. De no hacerlo, corremos el riesgo de que el vendedor nos engañe y nos entregue un vehículo en malas condiciones, con taras o fallos no declarados.
Sin embargo, a menos que esta revisión se haga acompañado de un profesional o de alguien con extensos conocimientos sobre mecánica, es probable que se nos pase comprobar algún elemento.
Por ello, desde la Dirección General de Tráfico ofrecen un listado de los elementos más importantes del vehículo que se deben revisar antes de adquirir un coche de segunda mano.
En parado
- La comprobación del vehículo se debe hacer a plena luz del día, para que se puedan percibir fallos de pintura, golpes o indicios de algún accidente grave anterior.
- Se debe abrir el capó y comprobar tanto el aceite como la correa de distribución.
- En cuanto a los neumáticos, debe comprobarse que sean los que aparecen en la tarjeta de inspección técnica y que su dibujo tiene al menos 1.6 mm de profundidad.
- Se debe empujar hacia abajo con fuerza la carrocería del vehículo para comprobar el estado de la amortiguación.
Dentro del vehículo
- Al acceder al interior, se debe verificar que tanto los cinturones de seguridad, como la regulación de los asientos y las cerraduras de las puertas funcionan correctamente.
- También, se deben accionar todos los interruptores para comprobar que funcionen correctamente y que los pilotos se iluminan.
- Después, se debe arrancar el coche. Los pedales no deben tener demasiado juego y las ruedas deben responder a los giros del volante sin holguras. También, se debe accionar el pedal de freno durante 20 segundos: si no regresa a su posición inicial, el circuito puede tener fugas.
En marcha
- Al conducir el vehículo, hay que tratar de detectar posibles sonidos que puedan ser indicio de avería.
"Ante la menor duda, es mejor pedir al vendedor que permita que un taller verifique que está en buen estado antes de firmar la compra", aconseja la DGT.