
Conocidos como foto-rojo, los semáforos con radares sancionan a aquellos usuarios que se saltan la señal cuando esta les obliga a detenerse. Su uso se ha extendido en los últimos años a muchas localidades en España con el objetivo de reducir el número de colisiones y atropellos.
Los foto-rojo se suelen colocar en las proximidades de los cruces, los puntos donde más accidentes se dan de estas características. Concretamente, a unos 25 metros de la intersección "para permitir encuadrar completamente el paso de peatones y la propia cabeza del semáforo de conductores", indica el Ayuntamiento de Madrid.
Si un usuario sobrepasa el semáforo en rojo, la cámara captura cinco imágenes del vehículo con las que certificar la infracción. "Cada instalación dispone de una cámara de infrarrojos que permite capturar la matrícula del vehículo de día y de noche. Además, cada instalación dispone de una cámara de color que toma 5 fotografías del cruce del vehículo, en las que se pueda distinguir la marca, modelo y color del vehículo además de la matrícula", explica el consistorio.
Al caer el la infracción, el usuario recibirá una multa económica de 200 euros y la detracción de 4 puntos del carnet de conducir.
Dónde están los que más multan
En total, estos dispositivos han recaudado 14.819.200 euros en la capital mediante 74.096 multas en el tramo comprendido entre noviembre de 2020 y diciembre de 2021, según datos recogidos por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
De todos ellos, tres sobrepasan el millón de euros recaudados: los ubicados en el cruce de Cea Bermúdez con Vallehermoso, en Vía Lusitana con Plaza Elíptica y en Alcalá con San Romualdo.