Motor

España perderá 29.000 empleos por la transición al vehículo eléctrico

  • Alemania, por su parte, registrará un incremento de 25.000 trabajadores

El sector de la automoción en España perderá 29.000 empleos hasta 2030, lo que supondrá un 8% menos en comparación con 2019, y situarse en los 315.000 profesionales, debido a la disminución de la producción y a la deslocalización, situación que solo podrá verse paliada por la apuesta por el vehículo eléctrico.

Así, si en 2019, las actividades industriales de automoción y anexos ofrecían trabajo a 344.000 profesionales, se prevé que esta oferta de trabajo sea en 2030 de 315.000.

Esta es la principal conclusión que se desprende del estudio 'Transición hacia el vehículo eléctrico. Observatorio del empleo: Estudio y análisis de la evolución del empleo en el ecosistema de la movilidad eléctrica en España', elaborado por Boston Consulting Group y que ha presentado este miércoles la Asociación Empresarial de la Movilidad Eléctrica (Aedive).

No obstante, esta pérdida de plantilla no será generalizado en todos los países de la Unión Europea. Así, países como Alemania experimentarán un incremento de las plantillas de 25.000 trabajadores, impulsados principalmente por un mayor volumen de producción, la implantación de nuevas tecnologías y un 'mix' de vehículo con coches de gama alta y, por lo tanto, con mayor valor añadido.

Se estima que 165.000 puestos de trabajo necesitarán cualificación específica, destacando que será necesario desarrollar una cadena de valor completa de la batería de propulsión en España. El impacto de producir o no toda la cadena de valor de la batería repercutiría en unos 8.000 puestos de trabajo.

Tendencias que afectarán al sector

En cuanto al volumen de mercado, se espera que el volumen de producción se mantenga constante en aproximadamente 2,4 millones de unidades al año hasta 2030. Esto supone una disminución total de la producción de 16,3% en 11 años, que implica una disminución anual del 1,6% y la pérdida de 21.000 puestos de trabajo. Según se prevé, el volumen de ventas anual se mantendrá constante en 1,5 millones de automóviles.

Otra tendencia que analiza el estudio es la evolución tecnológica. La conducción autónoma, una mayor conectividad y la migración de lo analógico a lo digital tendrán un fuerte impacto en el desarrollo tecnológico de los automóviles, lo que se traduce en una mayor demanda de ingenieros de software en la industria automotriz y anexa, que supondrá un aumento de 2.000 puestos de trabajo.

Por otro lado, dos aspectos del mix de automóviles producidos son relevantes en relación con la evolución del empleo. Una proporción creciente de automóviles de gama media o premium aumenta el contenido medio por automóvil fabricado. Esto conducirá a una mayor necesidad de puestos de trabajo, especialmente en la industria auxiliar. Asimismo, se espera que ningún fabricante de automóviles europea aumente su número de plataformas para fabricar los vehículos en los próximos diez años, lo que dará lugar a una demanda estable de ingenieros de I+D asociados a las plataformas de vehículos.

En cuanto a la productividad, se espera que la digitalización y la automatización promuevan un aumento constante de la productividad durante los próximos diez años, aproximadamente, un 0,4% al año. Sin embargo, esta mejora tiene un efecto negativo en la mano de obra, sobre todo, en la de menos cualificación, ya que se estima una bajada de 4.000 trabajadores.

Además, el traslado de puestos de trabajo, especialmente a países con costes laborales más bajos, ha sido durante mucho tiempo una tendencia en la industria del automóvil. Existe una deslocalización de puestos de trabajo desde España a otros países europeos, suponiendo una pérdida media de 1,5% puestos de trabajo al año.

Por otra parte, en 2020, alrededor del 92% de los vehículos producidos en España estaba equipado exclusivamente con un motor de combustión. Esta proporción caerá drásticamente en 2030 a solo el 2%. Para entonces, el volumen de vehículos eléctricos de batería y de híbridos enchufables será de alrededor del 68%. El 30% restante serán vehículos eléctricos híbridos. Esto significa un aumento de la producción de un 52% al año de vehículos eléctricos con baterías en España y, por consiguiente, creación de puestos de trabajo.

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