Durante la borrasca Filomena, muchos conductores quedaron atrapados en la nieve, sin posibilidad de mover su vehículo, con el motor encendido y haciendo uso de la calefacción. De hecho, se recomienda que en circunstancias como la que aconteció a comienzos del pasado año no se apague el motor para mantener el habitáculo caliente, dado el poco gasto que el calefactor repercute sobre el depósito de gasolina. No obstante, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿cuánto tiempo puede aguantar un coche eléctrico con la calefacción encendida en una gran nevada?
Esta duda llevó a un columnista de The Washington Post a preguntarse qué hubiese pasado si en el monumental atasco que tuvo lugar el pasado día 4 de enero en el estado de Virginia (EE UU) todos los coches atascados hubiesen sido eléctricos. "Si todos hubieran conducido vehículos eléctricos, este desastre podría haber sido peor", afirmó Charles Lane en su artículo.
Alentado por esta y otras opiniones similares, en el canal de Youtube Dirty Tesla se propusieron comprobar cuánto duraría la batería de un automóvil eléctrico en condiciones similares a las de aquella nevada, con temperaturas mínimas muy bajas, parado y con la calefacción encendida.
Para llevar este experimento a cabo, sus responsables emplearon dos vehículos. Por un lado, un Tesla Model Y del año 2021; por otro, un Tesla Model X de 2020. Y para añadir variantes que permitiesen sacar mejores conclusiones, detallaron que el primero poseía una bomba de calor, mientras que el segundo estaba equipado con un calentador de resistencias.
Al comienzo de la prueba, ambos vehículos estaban aparcados en el exterior a una temperatura ambiente de -9,5 ºC que pronto pasaron a ser de -11 ºC. Mediante las aplicaciones de teléfono de cada vehículo, configuraron la calefacción para mantener el interior del coche a 21 ºC. También, reflejaron que ambas baterías comenzaron el reto al 90 % y al 91 % respectivamente.
Más de un día con la calefacción encendida
Transcurridas 12 horas, la batería del primero de los coches, el Model Y, había pasado de ese 91 % a un 58 %, ya que había empleado 26,5 kWh de energía. Por su parte, el X había gastado algo más de energía, pasando de un 90 % a un 47 % de batería. Es decir, el Model Y había consumido -de media- 2,21 kWh cada hora frente a 3,58 kWh del X. A pesar de que el Model X es ligeramente más grande que el Model Y y que, por lo tanto, necesitará emplear más energía para calentar su habitáculo, esta diferencia en el consumo podría manifestar que en condiciones adversas la bomba de calor es más eficiente que el calentador de resistencias.
Extrapolando los datos, y en estas condiciones, el Model Y podría haber aguantado unas 36 horas hasta agotar su batería, mientras que el X, unas 28.
Transcurridas 18 horas de experimento, los autores del experimento decidieron continuar con la prueba, aunque únicamente con el coche que había demostrado ser más eficiente: el Model Y.
Para ello, modificaron una de las variables: ajustaron la temperatura del climatizador a 15 ºC con el objetivo de estirar todo lo posible la batería simulando condiciones reales, en la que los ocupantes del vehículo podrían resistir al frío con ropa de abrigo propia del invierno.
De esta forma, el Model Y logró rebajar su consumo drásticamente, utilizando 8 kWh durante seis horas y con la batería al 48 %. En estas circunstancias y extrapolando los datos, los responsables de este pequeño estudio aseguran que el coche podría haber aguantado unas 60 horas ofreciendo calor a los ocupantes.
No obstante, cabe señalar que estos resultados no se pueden generalizar, ya que existen múltiples variables que alteran el comportamiento de cada vehículo, desde las propias características de cada modelo, su antigüedad o su cuidado y mantenimiento, hasta el uso que se vaya a dar de su calefacción, pasando por las condiciones meteorológicas que se den en cada situación.