Los bonos basura -también conocidos como "junk bonds" o "high yield bonds" son instrumentos financieros de deuda de baja calidad crediticia, de grado no-inversión, o de carácter especulativo.
Su principal característica es que presentan un riesgo elevado de impago tanto del capital como de los intereses aunque, para compensarlo, ofrecen una alta rentabilidad.
"Un bono basura puede ser determinado como tal bien porque sea emitido por un emisor cuya calificación se encuentre en grado especulativo o por su propia estructura", de acuerdo con BBVA Research. Cada agencia calificadora tiene su propia escala para definir esta categoría.
El hecho de que la calificación de una empresa baje al grado especulativo puede tener consecuencias significativas: un aumento de su costo de financiamiento o mayor dificultad para acceder a los mercados.
El mercado de bonos basura suele contar con inversionistas especializados (fondos de inversión) que buscan un mayor rendimiento a cambio de asumir un mayor riesgo, pues muchos inversionistas tienen prohibido invertir en activos cuya calificación se encuentre por debajo de un cierto grado de inversión.