
Enrique Cuadra es el responsable del área de gestión de riesgos, siniestros y recobro de Solunion, una compañía experta en seguros de crédito, propiedad de Euler Hermes y Mapfre. Como parte de su labor de asesoramiento, la compañía estudia los distintos mercados a lo largo de todo el mundo. Cuadra comparte sus opiniones sobre la situación de los mercados más frágiles en los últimos meses, como Turquía y Argentina, además de comentar sobre la guerra comercial y el impacto que puede tener en la economía mundial.
¿Cómo han evolucionado las exportaciones en las bolsa española desde la crisis?
La economía española estaba muy enfocada en el sector doméstico y eso hizo que la crisis fuese aquí más dura que en otros países de nuestro entorno. Se ha ido apostando cada vez más por la internacionalización en la gran empresa española. En general, todas las grandes compañías saben que el mercado español se les queda corto. Tienen que salir fuera, lo que da una estabilidad mayor.
En los últimos años ha habido problemas económicos en países como Turquía o Argentina. ¿Cree que hay un peso excesivo de las firmas españolas en mercados emergentes?
Desde el año 2000, todas las empresas grandes apuestan por Latinoamérica, donde hay economías más volátiles, con más dificultades. Para la empresa española Europa sigue siendo el mercado más natural, pero hay una oportunidad en Latinoamérica. Otras, como BBVA, apostaron por Turquía, un país más inestable y con menos conexión cultural. Pero son empresas de mucha antigüedad, con muchos recursos y saben que tendrán años buenos y años malos. No creo que al primer revés se vayan a replantear la estrategia de inversión.
¿Cómo cree que va a terminar el conflicto entre China y EEUU?
China puede seguir avanzando y acelerar su independencia tecnológica de EEUU, que todavía no la tiene, y creo que es lo que está alargando la hegemonía estadounidense en el mundo, su dominio en la parte tecnológica. No me extrañaría que China, con su Gobierno, pueda forzar a todas las empresas para que se unan y creen una plataforma tecnológica que pueda competir de tú a tú con Google. Y podría copar el mercado mundial de manera rápida, debido al peso que tienen sus fabricantes. Puede forzar a que sus empresas empiecen poco a poco a independizarse de Estados Unidos.
¿Va a sufrir el dólar el impacto de la guerra comercial?
Es posible, sí. De hecho, ya empieza a haber movimientos para empezar a sustituir al dólar en ciertas transacciones internacionales y en ciertas commodities. Y el hecho de enfrentarse tan abiertamente a China y Rusia, como Gobierno estadounidense, acelera esto. En ese sentido, buscarse enemigos lo único que hará es acelerar la sustitución del dólar por otra moneda. A priori podría ser el renminbi, pero ya veremos. El mundo cambia muy rápido. También, los gobiernos occidentales son más cortoplacistas, mientras el Gobierno chino piensa a 100 años. Creo que ciertas medidas que está tomando el Gobierno americano garantizarán solidez a corto plazo, pero debilitarán ciertas estructuras a largo plazo.
Tras China, ¿se enfrentará EEUU a Europa por el comercio? ¿Puede ser todavía peor para la economía global?
Depende de cómo afrontemos eso cuando llegue, y creo que sí que llegará. Ciertas veces afrontamos Europa como un bloque y algunas cada uno va por su lado. Desde luego, los gobiernos de cada país lo usan de esa manera. Creo que no estamos cuidando bien lo que supone la Unión Europea.
El crecimiento sincronizado del mundo parece que se rompió con Argentina y Turquía. ¿Espera que se recuperen pronto?
Creo que el problema de los dos países, en Turquía quizá más, es que hay demasiada injerencia de los poderes gubernamentales sobre la economía. Y eso hace que el inversor extranjero pierda interés. Y el capital siempre busca estabilidad. Argentina comparte algunos de los problemas. Tiene políticas muy cambiantes, en función del gobierno que tenga. Creo que lo más probable es que Macri repita como presidente, pero hay mucha gente desencantada con el actual Gobierno. Argentina sigue siendo una economía bastante potente, pero tiene demasiadas ineficiencias. Las inestabilidades van a continuar ahí. Es difícil arreglar el problema de inflación que tienen, atraer la confianza de inversores extranjeros y mantener una estabilidad en ciertas industrias.
Ustedes conocen de cerca las pymes. ¿Qué las diferencia de las cotizadas?
La realidad de una pyme y la de una de gran empresa cotizada es muy diferente. La gran empresa tiene un acceso fácil al crédito y cuando está en dificultades la banca creo que ha sido bastante acomodaticia en sus condiciones. Hay algunas compañías que han alcanzado apalancamientos insostenibles. Si eres una pyme y alcanzas niveles de apalancamiento insostenibles, estás solo, nadie te va a ayudar.
En cambio, si eres una gran empresa, seguramente la banca esté dispuesta a echar una mano. Igual con el tiempo cambian de política, pero es lo que hemos visto hasta ahora. Si han tenido que pagar facturas grandes por salvar a una compañía de 5.000 empleados, quizás cortan las líneas de financiación a corto plazo de pequeñas empresas y al final esas son las que caen.