
El nuevo número de la revista digital 'Inversión a Fondo', que ve la luz este fin de semana, hace un repaso de las alternativas 'low cost' con las que ya cuenta el inversor español en lo relativo al asesoramiento financiero y a la gestión de su dinero. Y explica, además, cuáles son las emociones que con más frecuencia gobiernan su toma de decisiones en mercado
El nuevo número de Inversión a Fondo –la revista digital de mercados de elEconomista–, que se publica este fin de semana, aborda cuestiones como el fin –o el principio del fin– de la esclavitud del asesoramiento financiero caro en España: el inversor ya cuenta con alternativas independientes y de bajo coste, tanto en lo relativo al asesoramiento como a la gestión de su dinero. La publicación también repasa los mecanismos emocionales y psicológicos que influyen en la toma de decisiones en mercado, y ofrece pautas para evitar que lleven a cometer errores.
El español rompe las cadenas de la 'esclavitud' del asesoramiento caro
Los inversores empiezan a ver cómo, poco a poco, en un mercado de tan difícil entrada como el español nacen alternativas al asesoramiento bancario tradicional, con frecuencia tachado de ser meramente un servicio comercial. Por un lado, unas pocas entidades, como es el caso de Nextep Finance, empiezan a ofrecer una especie de tarifa plana a cambio de su asesoramiento independiente; este modelo es muy incipiente todavía. Por otro lado, los robo advisors siguen creciendo en este país. Son gestores automatizados, de modo que no asesoran, sino que gestionan el dinero de sus clientes; pero sí ofrecen una opción de bajo coste a aquellos inversores que desean posicionarse en productos indexados y que no precisan que ningún profesional les oriente.
Qué mecanismos controlan su conducta a la hora de invertir
Las emociones tienen mucho que ver con la forma en la que una persona se comporta en el mercado, aunque no siempre se percate de ello. Una de las más intensas es el miedo a las pérdidas, que lleva a evaluar continuamente la evolución de la cartera y a sobrerreaccionar a las noticias negativas, perdiendo la perspectiva del plazo establecido para esa inversión. En la otra cara de la moneda se encuentra el exceso de confianza, que no es otra cosa que sobrevalorar la ganancia potencial e infravalorar las posibles pérdidas. Como consecuencia de ello, puede ocurrir que se incremente la exposición a activos de riesgo incluso aunque estos no sean los adecuados para el perfil del inversor. Conocer los denominados sesgos emocionales y cognitivos, así como planificarse adecuadamente, puede ser muy útil para evitar errores a la hora de tomar decisiones.
El 'muro' de vencimientos de deuda corporativa en Europa
En los últimos años, los bajos tipo de interés han permitido a las compañías europeas financiarse a niveles históricamente bajos. Muy pronto –en 2022 y 2023– se alcanzará un pico de vencimientos de deuda corporativa en el Viejo Continente y, aunque el escenario no es preocupante de cara a su refinanciación, sí existen riesgos: en particular, la combinación de un alza en los tipos con una caída de los beneficios empresariales.
La primera' burbuja' no fue la de los tulipanes, sino la de las licencias en Castilla
Una investigación apunta a que, antes de la fiebre de los bulbos de tulipán en Holanda, en España se vivió un proceso especulativo. Concretamente, se habría producido en el mercado de licencias para ejercer determinados oficios, como el de notario, alguacil o regidor en la Castilla de Felipe II.
El yuan débil ya no hace temer por la deflación
La divisa china se encuentra prácticamente en sus niveles más bajos desde 2007, lo que en el pasado llegó a desencadenar pánico en los mercados, algo que no está ocurriendo ahora. La gran diferencia es que en momentos anteriores existía un gran temor a la deflación: competir con un yuan débil obligaría a competidores del gigante asiático a bajar precios en un momento en que los indicadores de inflación no estaban precisamente boyantes. Ahora, sin embargo, el temor a la deflación está descartado, ya que las barreras comerciales son inflacionistas.