
Si fuera necesario, Fabio M. Natalucci, del FMI, tiene claro que "en el kit de políticas no convencionales quedan herramientas para usar". Sobre la banca, reconoce que se necesita hacer más para terminar de limpiar los balances y cree que la consolidación tiene más sentido entre las entidades pequeñas.
Trabajó en la Reserva Federal estadounidense durante la crisis financiera, por lo que Fabio M. Natalucci, subdirector del Departamento de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital del FMI, conoce de buena mano que los bancos centrales pueden seguir ideando herramientas si la situación lo requiere. Su trabajo, dice, no es adelantar un shock, pero sí que señala las debilidades que actualmente vigilan.
Una década después de la crisis financiera, algunos bancos centrales no han logrado deshacer las políticas excepcionales con las que atajaron la Gran Recesión. ¿Tienen munición necesaria ante una próxima debacle?
Los bancos centrales sí tienen munición. Si hay una lección que hemos aprendido de la crisis es que cuentan con la creatividad suficiente. Pueden idear herramientas poco convencionales. De hecho, trabajé en la Fed durante la crisis y algunas de las herramientas que creamos fueron noveles además de creativas. En el kit de políticas no convencionales quedan herramientas para usar si es necesario. La Fed ya ha subido los tipos varias veces por lo que tienen más espacio para relajar las condiciones si fuera necesario.
En EEUU, el presidente Donald Trump cree que habría que hacerlo ya. ¿Ve riesgo de acabar politizando las decisiones monetarias?
La independencia del banco central es crucial para una política monetaria efectiva y creíble. Debe depender de los datos y estar bien comunicada. Se deben evitar cambios en la confianza del mercado y también una compresión indebida de la volatilidad.
¿Observa usted cierta complacencia en el mercado? Muchos inversores parecen convencidos que las condiciones financieras acomodaticias están aquí para quedarse.
Las condiciones financieras globales se endurecieron levemente entre el cuarto trimestre de 2018 y los primeros tres meses de este año, pero aún son relativamente acomodaticias. En particular en EEUU. Por lo tanto, debemos prestar atención a las vulnerabilidades financieras, dado que unas condiciones como las actuales, con tasas y volatilidad muy bajas durante un período prolongado, si no se abordan, pueden generar vulnerabilidades que podrían convertirse en un problema a medio plazo. Una cosa que me sorprende es la desconexión entre la baja volatilidad del mercado y la incertidumbre que existe en términos de las perspectivas económicas.
Me sorprende la desconexión entre la baja volatilidad y la incertidumbre sobre la economía
¿Y qué riesgos supone esto? El FMI insiste en las debilidades del sistema financiero…
Cualquier impacto adverso, algo que suceda en Italia, en las relaciones entre EEUU y China o el Brexit, podría afectar las condiciones financieras y amplificarse debido a estas vulnerabilidades. No pronosticamos shocks, pero podemos vigilar estas vulnerabilidades. En estos momentos, lo hacemos en seis sectores (soberano, corporativo, vivienda, bancos, seguros y banca en la sombra). La banca es mucho más segura, hay más capital, liquidez y un marco de resolución, así que debería ser capaz de absorber un shock. Pero vemos vulnerabilidades en los sectores soberano y corporativo, y en algunas áreas de la banca en la sombra. Por ejemplo, el 70 por ciento de 29 países de importancia sistémica que analizamos tienen riesgos altos en el corporativo. También las vemos en el soberano. Ha habido un aumento en la deuda pública bastante notable en los últimos años.
¿Ha completado entonces el sector bancario europeo todas sus tareas pendientes?
En Europa, destacamos dos vulnerabilidades: la deuda soberana en los balances bancarios y los préstamos incobrables. Hemos visto un gran progreso en reducir los activos tóxicos, pero se necesita hacer más para terminar de limpiar los balances de los bancos. Es importante tener un enfoque integral y un mercado secundario líquido para deshacerse de ellos. También es importante que el sistema judicial sea efectivo y oportuno.
El 70% de 29 países de importancia sistémica que analizamos tienen riesgos altos en el sector corporativo
En lo que se refiere a esos 'activos tóxicos', ¿qué niveles coteja actualmente el FMI?
En Europa, los préstamos incobrables dentro del sistema bancario han caído hasta los 700.000 millones, tras haber llegado a tocar casi el billón. En el caso particular de España, se ha pasado de unos 200.000 millones a 100.000 millones; es un buen ejemplo de cómo se ha abordado este problema.
Otro de los asuntos que ha cobrado atención es la consolidación bancaria. En el caso español, los rumores apuntan al Sabadell y otra entidad como BBVA o Bankia, mientras se ha intentado de nuevo hacer lo propio con Deutsche Bank y Commerzbank. ¿Serían adecuadas este tipo de operaciones?
Debemos distinguir entre entidades más pequeñas y bancos más grandes. Creo que en los niveles más pequeños, hay países específicos en los que todavía existe un exceso de bancos. Se puede alcanzar una mayor eficiencia a través de la consolidación, tanto en los precios como en la escala. Pero en la gran banca, el problema es más complicado. Quizás haya factores positivos, si las entidades cuentan con sinergias en sus modelos de negocio o rentabilidad. Pero también hay riesgos como el too big to fail o demasiado grande como para caer. Otro es la complejidad en algunos términos. En mi opinión, creo que el caso de una consolidación se sostiene mejor dentro de la banca más pequeña. En los más grandes, es necesaria una revisión caso por caso para evaluar costes y beneficios.