
En los últimos años el interés por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente ha ido calando en el mercado. Para Michael Wilkins, director general de Financiación Sostenible de S&P, el ESG (criterios medioambientales, sociales y gobernanza) está entre las principales preocupaciones de los inversores y estos factores influyen directamente en los rating y el comportamiento financiero de las empresas.
Cada año crece el interés del mercado por las emisiones 'verdes', ¿cuál es la situación actual?
La comunidad inversora está haciendo preguntas sobre la calidad verde de igual manera que preguntaban sobre la calidad crediticia hace ya muchos años. España es un gran ejemplo, ya que ha sido un emisor muy activo en el mercado de bonos verdes corporativos. En 2018 se emitieron casi 6.000 millones de dólares en el país, siendo el sexto con más actividad de la UE, donde el líder es Francia.
¿Cuál es el tamaño total de este mercado y cuánto puede crecer?
Durante los últimos años el crecimiento del mercado de préstamos y bonos verdes ha sido realmente rápido. De algún modo el año pasado este aumento se ralentizó y las emisiones subieron en torno al 3 por ciento y se alcanzaron los 167.000 millones de dólares. Para este año esperamos un crecimiento del 8 por cientos, hasta los 180.000 millones de dólares. Todavía es un mercado relativamente pequeño. Hay necesidades de financiación para la descarbonización en el entorno del billón de dólares anual, por lo que todavía queda un largo camino por recorrer hasta esta cifra.
¿Qué ha impulsado este crecimiento de este tipo de emisiones?
Ha sido una combinación de varios factores. Uno de ellos es el contexto político, con los países alineándose con los objetivos de París, lo que ha puesto en marcha muchas políticas para recortar las emisiones. Esto ha llevado a las compañías a descarbonizarse o a invertir en tecnología o activos que ayudan a esta transición. Estamos viendo que se benefician de mostrar como sus activos ayudan a mejorar el medio ambiente. También sucede con los inversores y gestores, que muestran cómo están contribuyendo a la descarbonización y todo ello está apoyando la demanda.
¿Cómo se puede controlar o medir que una empresa cumple con lo prometido al emitir un 'bono verde'?
Se mira al buen gobierno y la transparencia de las transacciones. Se monitoriza y se da información para asegurarse de que los procedimientos están en línea con lo que se ha fijado en los principios del bono verde, algo que está ya bien establecido en los mercados para evitar el riesgo del green washing [un lavado de imagen para presentar a la empresa como respetuosa con el medio ambiente cuando no es así].
Más allá de la inversión 'verde' otro de los temas en boga ahora es el ESG (cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza).
Mirando al futuro, hay un foco sobre los bonos sostenibles. Lo verde se refiere a lo medioambiental, pero el tema de la sostenibilidad es más amplio. Todavía es un mercado más pequeño, pero la tendencia de crecimiento es bastante impresionante y vemos más y más compañías que están ampliando sus perspectivas de financiación. No solo se fijan en lo verde, si no en la sostenibilidad en general.
¿Esperan que el crecimiento de este mercado sea más fuerte que el de 'bonos verdes'?
Diría que tendría que crecer incluso más rápido porque el nivel inicial es más bajo. Además, está unido al marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. El ESG se ha vuelto un gran foco de atención para el mercado y es uno de las principales preocupaciones de los inversores. Probablemente está entre los tres mayores intereses en Europa y España. Y es probable que este interés siga aumentando.
Siendo algo mucho más amplio, ¿puede acabar siendo el ESG más grande que los 'bonos verdes'?
Creo que sería importante vigilar la combinación de ambos. Llevaría un tiempo largo para ver que el ESG superase a los bonos verdes, pero podríamos ver una fusión entre los dos y que lo verde y lo sostenible se unan. Nosotros vamos a lanzar un nuevo producto que mira más allá de lo medioambiental. También a lo social y a la gobernanza y lo analiza para una compañía en global, no para una emisión en particular como sucede con los bonos verdes. Esto está en línea con lo que vemos en el mercado, con lo que miran los reguladores, que ahora quieren saber el perfil de la compañía en términos de ESG. Y también los inversores quieren invertir en compañías que cuidan estos temas.
¿Se puede establecer en qué beneficia a las empresas cumplir?
Este es un tema que está en debate. Si hay una unión entre las buenas prácticas de ESG y un mejor comportamiento financiero. Con lo verde es más difícil de demostrar, pero el ESG es un tema mucho más amplio y si tú eres bueno en ello significa que vas a ser una empresa mucho más robusta a largo plazo.
¿Puede llegar a cambiar el ESG la calificación de una empresa?
Los factores ESG ya están incorporados en nuestra metodología. Entre junio de 2015 y junio de 2017 han afectado a 225 calificaciones. Y esperamos que esta tendencia continúe al alza. Todos nuestros informes incluyen estos criterios, pero en términos de tener una sección propia hemos empezado con utilities y commodities y en los próximos meses esperamos que alcance el 40 por ciento de nuestros informes.