
La firma europea, fruto de la colaboración de alemanes, franceses, británicos y españoles, duplicará su beneficio en tres años y generará un nivel de caja próximo a los 15.000 millones de euros solo este año, un legado para el nuevo presidente del grupo.
De Gaulle tuvo su Caravelle, el primer avión presidencial de la historia de Francia, con el que viajó en 1958 a una Argelia en llamas tras volver a la primera línea de la política. Georges Pompidou y François Miterrand volaron a bordo del supersónico Concorde y fue Jacques Chirac quien estrenó un Airbus A319 para sus desplazamientos internacionales. Le sucedió el Air Sarko One, el nombre con el que la prensa gala bautizó al modelo A330-200 en el que solía viajar Nicolas Sarkozy, que además compró durante su presidencia dos Dassault Falcon 7X, utilizados a menudo por François Hollande y Emmanuel Macron.
En mayo de este año se conmemorará el cincuenta aniversario de la creación de Airbus Industrie, el fabricante de aeronaves que, junto a Boeing, domina los cielos y que simboliza la cooperación europea entre alemanes, franceses, británicos y españoles.
Airbus, que es uno de los valores que integran la cartera del fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30, es una compañía que sobresale por su fuerte generación de caja -el consenso del mercado prevé que se acerque a los 15.000 millones de euros en 2019- y porque duplicará su beneficio neto entre 2018 y 2021, año este último en que se esperan unas ganancias en torno a los 6.500 millones de euros, según cifras recogidas por FactSet.
Con las dificultades por las que atraviesa su rival Boeing después de los siniestros ocurridos con su modelo 737 Max, las acciones de la compañía europea repuntan y son las más rentables del índice de referencia de la bolsa francesa, el Cac 40 -un hecho que contribuye a que sus beneficios estén encareciéndose con respecto a sus comparables-. El PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) es de 20,1 veces frente a la media de 16,7 veces del sector, del que también forman parte BAE Systems o Lockheed Martin.
Los atractivos de inversión que presenta Airbus, que tenía una cuota de mercado del 47,56% en 2018, pasan por contar con la mejor recomendación de compra de entre los componentes con mayor tamaño bursátil de la industria aeronáutica y de defensa y obtener algo más de un tercio de sus ingresos de la región de Asia-Pacífico.
Precisamente, está en juego la venta de 184 aparatos A320 a China, un contrato pendiente de finalización del que podrían hablar el presidente Macron y su homólogo Xi Jinping en París este lunes, en plena gira del dirigente comunista por Europa. Xi también podría participar en una reunión a cuatro con, además del mantatario francés, Angela Merkel y Jean-Claude Juncker el martes, en la que abordarían, si se confirma la cumbre, desde asuntos como la competencia desleal a la adquisición de participaciones en empresas estratégicas por parte del capital chino.
Entre los desafíos que encontrará el próximo presidente de Airbus, Guillaume Faury, cuando se incorpore en abril, estará la competencia del fabricante chino Comac, que tratará en los próximos años de romper el duopolio existente. Un reto para el denominado siglo asiático.