Esta semana me preguntaba Sergio Míguez, de EFPA, cuál creo que es el principal reto tecnológico al que se enfrenta el asesoramiento y cuál creo que será la clave para ofrecer un mejor servicio en el entorno digital. La pregunta es tan poliédrica que creo que habrá cientos de respuestas, pero en la mía tengo el convencimiento de que hay una parte de verdad. Supongo que, algo impostado, le dije que con la digitalización tanto el inversor como el partícipe de fondos o planes de pensiones van a escapar de la cueva en la que están encerrados por las entidades financieras.
Cuando empecé en esto de la prensa que sigue los mercados recuerdo que en 2000, en Expansión, me consideraban un aventajado, porque recibía el tocho del informe mensual con las estimaciones de beneficio de todo el mercado español de BBVA. En un excel metía los precios de cierre y podía hablar del PER estimado y no del presentado. Un año después, contacté con JCF, que luego compró FactSet, y empezamos a trabajar con el consenso de mercado. Todas las semanas recibía un disco duro por correo, que se pasaba horas cargando la información al ordenador, y podíamos acceder a todas las proyecciones y ratios sobre compañías que quisiéramos. Era como magia. Incluso sentía la necesidad de preservar para mí solo ese hechizo.
Por fortuna creo que no fui presa del oscurantismo y hoy hay una legión de compañeros en esta profesión que saben lo que empezamos a hacer hace dos décadas y lo siguen extendiendo. Además, hubiese sido inútil guardármelo para mí solo, porque las posibilidades de encontrar aquella información gracias a la digitalización habrían convertido aquel elemento diferencial en arena en el desierto.
La digitalización va a conseguir que tengamos acceso a la mayor transparencia de información sobre la inversión y a una continua auditoría sobre lo que ha ocurrido sobre lo que hemos dicho. Para mí es este el otro gran reto que facilita la digitalización y que forma parte de la historia de Mercados de elEconomista, la revisión permanente de cómo han ido las cosas que le hemos recomendado que haga. El cuñadismo se va acabar. Los valores para la primavera o para refugiarse en mercado son de otro siglo. El fondo que te coloca la red del banco, porque te saja en comisiones, es un producto que tiene los años contados.
El tiempo que nos viene encima le va a permitir al inversor dejar de tragarse el aceite de ricino que le dan las entidades. Hasta ahora no tenía la posibilidad de ver el bosque, porque no es que le tapasen los árboles, es que le ponían de cara contra el tronco de un árbol. Ahora puede saber desde qué valor del Ibex tiene mejor a peor recomendación, a cómo van todos los fondos de bolsa española en el año. El cuñado o el banco tendrán que ser mejores.