Bolsa, mercados y cotizaciones

La inflación débil vuelve a ser motivo de recelo para Draghi y el BCE

  • La entidad cree que el IPC va a seguir desacelerándose en los próximos meses

La última reunión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que tuvo lugar en enero, concluyó con un cambio sustancial en el análisis que hace el organismo de la situación económica de la eurozona.

La entidad hace siempre un balance de los riesgos para la región, y su conclusión se degradó hasta "bajista", desde "neutral", como venía manteniendo desde 2017.

Las actas de ese encuentro se publicaron el jueves, y muestran el debate que hubo entre los miembros del consejo de gobierno del organismo. Los motivos que llevaron a los miembros a apoyar de forma unánime el cambio en el discurso de Mario Draghi, presidente del BCE, fueron "la incertidumbre geopolítica, la amenaza del proteccionismo, las vulnerabilidades de los emergentes y las volatilidad en los mercados financieros", cita el documento. Sin embargo, las actas muestran que hubo un elemento clave en la reunión, un viejo debate en torno a uno de los problemas recurrentes de la economía europea en los últimos años: la falta de inflación.

Después de caer hasta el 1,6% en diciembre desde el 1,9% del mes anterior, "lo más probable es que la inflación continúe deteriorándose durante los próximos meses", explica el organismo, señalando "los precios del petróleo" como los responsables de esta caída. "Si bien el riesgo de deflación ha sido despreciable durante algún tiempo, las perspectivas a corto plazo para la inflación se han debilitado", señalan las actas, que señalan cómo en la reunión se mostró "preocupación por la posibilidad de que, si persiste esta debilidad, pueda empezar a pesar en las expectativas de inflación", explican las actas.

La importancia de la inflación para la entidad es vital, al ser la base de su mandato (que se mantenga estable en un entorno de crecimiento cercano, pero por debajo, del 2%). La subida de tipos de interés en la región está condicionada a que el organismo logre alcanzar el objetivo, y este no está nada claro: las últimas previsiones macro del BCE apuntan a un crecimiento del IPC del 1,6 por ciento este año, 1,7% en 2020 y 1,8% en 2021, ni siquiera logrando ese año el objetivo. Así, parece difícil que se pueda cumplir la expectativa del consenso de mercado de Bloomberg de subir tipos a principios de 2020, que se ha ido retrasando durante los últimos meses.

Sin noticias hasta marzo

El BCE actualizará en su reunión de marzo las perspectivas macroeconómicas, y explica que "será clave ver hasta qué punto esta debilidad termina siendo más persistente de lo que se preveía", destacando que "se necesita más información para tener conclusiones más claras".

La prudencia es también la postura que ha adoptado el organismo en cuanto a las subastas de liquidez, que en los últimos días varios peces gordos del BCE (Benoit Coeuré y Peter Praet) han anunciado que se discutirán, lo que ha tenido un impacto en los mercados en los últimos días. "Cualquier decisión a este respecto no se debe tomar de forma precipitada; los análisis necesarios para preparar cualquier opción de política monetaria para futuras operaciones de liquidez se debe tomar con calma", recoge el acta.

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