La batalla por hacerse con cotizadas españolas se ha intensificado en el último año. Es lo que ocurre en momentos de descensos importantes en bolsa. Los grandes inversores se han interesado por compañías del mercado español ante los atractivos precios a los que muchas se han quedado por las caídas de 2018. Y el objetivo final suele ser que estas empresas dejen de cotizar. Este proceso ha coincidido, además, con un momento en el que pocas firmas han dado el salto al parqué ante los riesgos e incertidumbres, por lo que el resultado es que el efecto del nuevo papel en el mercado español queda eclipsado por las exclusiones de bolsa.
Los nuevos inquilinos llegados en el último año no compensan, ni de lejos, el fin bursátil de Abertis el pasado mes de agosto, con el que se esfumaron más de 18.000 millones de euros (su capitalización en aquel momento) tras la opa de Hotchief, la filial alemana de ACS. En tres años, son 18 las empresas que han dejado de cotizar, frente a las 16 que se han estrenado. Por tamaño, las nuevas suman cerca de 38.500 millones de euros, en línea con los 36.200 millones que en conjunto se han excluido.
Y el problema es que el contexto no invita a que las empresas se animen a estrenarse en el parqué, mientras otras firmas seguirán dejando de cotizar. "Hay ciertos nubarrones con los que da la impresión de que hasta que no exista más visibilidad sobre el ciclo económico es difícil ver grandes salidas a bolsa", opina Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4. "Habrá que estar muy pendientes de los datos macro, para ver si hay cierto suelo en la desaceleración, y de los riesgos a los que se enfrenta el mercado en próximos meses (guerra comercial, Brexit, déficit en Italia...)", indica.
Empresas que se marchan
Este año las exclusiones no se han hecho esperar. Europac abandonó el parqué el pasado 6 de febrero tras la opa lanzada por la británica DS Smith. Está pendiente la exclusión de Hispania, por Blackstone, en abril, y hay muchos accionistas atentos a lo que suceda en las operaciones en Dia, Natra y Telepizza.
En cualquier opa, que la última derivada sea la exclusión de la compañía depende del porcentaje de aceptación. En España, esta cifra debe superar el 90% para que el comprador pueda obligar al 10% restante a vender y después sacar a la firma de bolsa. Algo que los minoritarios quieren evitar en estos tres casos. "El problema real es que en Dia, Natra y Telepizza los accionistas consideran que la empresa vale mucho más, por eso no quieren opas de exclusión, sino participar de los planes de negocio de la compañía", explica Aguirre. En el hipotético supuesto de que estas tres compañías acabaran desalojadas del parqué, se irían en total unos 1.145 millones, según los precios actuales.

No siempre las historias recientes de opas han culminado en una exclusión. En la opa de Minor sobre NH, por ejemplo, se superó ese 90%, pero la hotelera, en cambio, sigue cotizando.
Eso sí, es mucho más común que para las firmas opadas sea su sentencia final como cotizadas. Así ha ocurrido en numerosos casos en los últimos tres años, como en Funespaña, excluida por Mapfre; Abertis, por Hotchief; Axiare, por Inmobiliaria Colonial; Saeta Yield, por ACS; Sotogrande, por el fondo Orion; Tecnocom, por Indra; Cementos Portland, por FCC; Testa, por Blackstone; o Enel Green Power, por la propia Enel.
En algunas ocasiones, por tanto, las compañías que dejan de negociarse quedan de alguna forma presentes en la bolsa española, al ser absorbidas por otras cotizadas nacionales -como Axiare o Tecnocom-, pero en muchas otras ese capital desaparece.
A futuro, más allá de un escenario de precios atractivos, lo lógico es que las operaciones corporativas sigan produciéndose como forma de crecimiento inorgánico así como en algunos sectores que continúan consolidándose, como el de las telecos o el bancario. De hecho, aunque no se trata de una opa, en este primer semestre del año debería concluir la fusión anunciada por Liberbank y Unicaja.
Pocas salidas encauzadas
En el último año solo hubo cinco salidas en la bolsa española, que captaron 846 millones de euros con una capitalización conjunta de 4.173 millones. "Creemos que en 2019 el mercado se reactivará porque hay interés por parte de las empresas para salir a bolsa. Ibercaja, Europastry y Wizink, entre otras, ya han anunciado su deseo de cotizar", aseguraba Antonio Zoido, presidente de BME, al cierre de año. Pero, pese al alza de la bolsa en el año -el Ibex escala un 7,5%-, persisten riesgos y ninguna de estas compañías, u otras que han mostrado interés como Haya Real Estate, tiene cerrado el calendario.
Desde 2016, la inquilina de mayor tamaño en llegar al parqué ha sido Coca-Cola European Partners, aunque su debut fue vía listing. Las recién llegadas Amrest, Metrovacesa, Aedas, MásMóvil, Unicaja, Gestamp y Prosegur Cash también tienen una capitalización superior a los 1.000 millones de euros.