
La desregulación de distintas áreas e industrias que caracteriza a la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se deja notar en la Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). En un intento por fomentar que más compañías salgan a bolsa, la agencia ha propuesto una nueva medida que permitiría a las empresas a probar la temperatura y apetito del mercado antes de saltar al parqué.
Esta semana, según adelantó el Wall Street Journal, la SEC ha puesto sobre la mesa esta iniciativa que hasta ahora solo esta reservada para compañías relativamente pequeñas. Sin embargo, la agencia quiere que esta modalidad sea una opción para todas las empresas, independientemente de su tamaño.
La opción que permite tantear al mercado ("test-the-waters", en inglés) fue introducida por primera vez como parte de la Ley JOBS aprobada en 2012, como parte del esfuerzo de la administración de expresidente, Barack Obama, para fomentar los estrenos bursátiles de los conocidos como unicornios, como se conoce a las startups tradicionalmente tecnológicas con una valoración en el mercado privado de más de 1.000 millones de dólares.
Es por ello por lo que, hasta la fecha, solo entidades con ventas o ingresos brutos de menos de 1.000 millones de dólares pueden participar en discusiones privadas con instituciones e inversores acreditados para evaluar el interés del mercado. Las compañías que superan este umbral de ingresos no pueden mantener estas conversaciones hasta que se presente la documentación correspondiente a la agencia, a través del conocido como el documento S-1. La SEC estima actualmente que más compañías se verán tentadas a salir a bolsa si pueden evaluar primero el interés de los inversores.
El presidente de la SEC, Jay Clayton, dijo en un comunicado de prensa anunciando la nueva propuesta que esta "extensión está diseñada para mejorar la capacidad de las empresas de llevar a cabo ofertas de éxito, reducir sus costes de capital y, en última instancia, ofrecer a los inversores más oportunidades para invertir en compañías cotizadas".
En estos momentos, compañías con Airbnb, que generó entre 3.000 y 4.000 millones de dólares el año pasado, podría beneficiarse de esta medida antes de seguir el camino ya emprendido por Uber o Lyft. En el caso de Uber, la compañía ha optado por llevar a cabo un registro confidencial de su operación pública de venta (OPV), lo que permite a una empresa no tener que presentar el documento final de su salida a bolsa de la SEC hasta 15 días antes de iniciar su road show con potenciales inversores. Eso sí, la compañía en cuestión debe presentar borradores que deben ser revisados por los reguladores pero no se hacen públicos, como sí ocurre con el proceso tradicional.
Precisamente, esta opción también se originó con la Ley JOBS y en un primer lugar solo estaba reservada para empresas de menor tamaño. Sin embargo, el pasado 10 de julio de 2017, la SEC amplió esta modalidad a todas las compañías que deseen salir a bolsa.
En las últimas dos décadas, el número de empresas cotizadas se ha reducido en aproximadamente un 50%, según el WSJ. Dicho esto, al mismo tiempo, las startups y compañías emergentes en crecimiento han representado aproximadamente el 86% de las nuevas salidas a bolsa entre 2012 y 2017, según datos de la SEC. Durante este período, la agencia estima que más de un tercio de estas empresas, es decir, alrededor del 35%, echó mano de la opción que les permitía probar el apetito de los inversores antes de iniciar oficialmente el proceso para salir a bolsa.
Desde el martes, el público tiene 60 días para enviar comentarios a la SEC sobre su propuesta para extender esta opción a todas las compañías, independientemente de su tamaño. Una vez que la propuesta se publique formalmente en el registro federal y los comisarios de la agencia la someterán a votación.