
Actualmente, no quedan muchas industrias en las que las empresas de EEUU sean las que vayan a la zaga de sus comparables del Viejo Continente. Una de ellas es el lujo, donde firmas estadounidenses como Tapestry o Michael Kors están forjando grupos a golpe de talonario como ya lo hicieran a finales de los 90 LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton), Kering (Gucci, Saint Laurent) y Richemont (Cartier, Van Cleef & Arpels). Precisamente, la primera de ellas es el valor destacado esta semana en el Eco30, el índice de bolsas mundiales elaborado por elEconomista y calculado por Stoxx.
La actual compañía -la antigua Coach fundada en 1941- es fruto de la adquisición de poderosas marcas como Stuart Weitzman en 2015, y de Kate Spade & Company en 2017. Con un valor bursátil que ronda los 11.000 millones de dólares -unos 8.500 millones de euros-, la entidad se ha colocado entre las 15 grandes del sector por capitalización a nivel mundial.
Tapestry vende bolsos, accesorios y prendas de vestir de "lujo asequible", como la misma marca se define. Un reclamo que también se ha trasladado al parqué a razón de los múltiplos a los que cotiza frente a sus comparables, especialmente tras los últimos descensos.
El último sucedió el jueves pasado, cuando cedió un 15% -llegó a dejarse un 18%, su mayor caída intradía desde 2012- después de convertirse en la enésima empresa orientada al consumo en hacer sonar las alarmas por un entorno macroeconómico y geopolítico cada vez más en contra y anunciar una rebaja del 7% en sus estimaciones de beneficio por acción para el presente ejercicio fiscal.

Pero no todo son malas noticias. El último desplome ha aflorado un potencial alcista del 35% hasta los 50,6 dólares en los que el consenso de mercado que recoge FactSet estima que debería valer en bolsa. El descenso también ha abaratado el multiplicador de beneficios al que cotiza hasta las 14 veces, lo que le lleva a ofrecer un descuento del 48 por ciento respecto a la media del sector. Pero son aún más sus virtudes.
La compañía luce la mejor recomendación de compra entre sus iguales, un crecimiento de beneficio aceptable y un nivel de apalancamiento tan bajo que los analistas ya esperan que genere caja el año que viene, y que ésta supere los 300 millones de euros en 2021.
Y por si fuera poco, la firma norteamericana ofrece el pago más alto entre sus comparables, con una rentabilidad en torno al 3,5%.
"La desaceleración económica en Europa y China -economía donde sus ingresos pesan un 12,2%- junto con el riesgo de eventos como el Brexit y las disputas comerciales pueden retrasar la reanimación de la gestión planeada, aunque el balance es sólido y está posicionado para capear la volatilidad", apunta Noel Hebert, analista de la industria en Bloomberg Intelligence.
En esta línea coinciden los expertos de Citi, quienes añaden a esos riesgos "el deterioro de los márgenes por la desaceleración de las ventas y el aumento de las rebajas".