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Los taxistas "hacen ruido" en Madrid para que sus demandas sean escuchadas

Madrid, 22 ene (EFE).- Los taxistas de Madrid, que han tomado las calles con la intención de que sus reivindicaciones sean escuchadas ante la pasividad de las instituciones públicas, han asumido también que "hacer ruido" es el único medio para cambiar la situación.

Esta mañana, después de pasar la noche en su "campamento base", en las inmediaciones de la Feria de Madrid (Ifema), con hogueras para soportar el frío, los taxistas han llegado a la conclusión de que estacionados en el recinto ferial -donde mañana abrirá la Feria Internacional de Turismo (Fitur)- "no se iban a hacer notar" y han decidido que había llegado el momento "de hacer ruido en la ciudad".

Tras una asamblea que celebraron a las diez de la mañana, un grupo de taxistas ha optado por dejar su concentración en las inmediaciones del recito ferial y dirigirse hacia las calles del centro de Madrid.

"El taxi en Madrid está muerto y el Gobierno ha decidido que el taxi no es importante; han dado vida a las 'cucarachas' de los VTC", ha asegurado a Efe el portavoz de la plataforma Caracol, Saúl Crespo, quien ha añadido que las instituciones deberían "acojonarse".

Hasta la estación de Charmatín han llegado más de trescientos taxis que han salido de "la zona base" de Ifema con intenciones de colapsar la ciudad. Su destino final era la Estación de Atocha, un recorrido de veinte minutos que se ha convertido en una caravana que ha durado dos horas y media.

Los taxistas han decidido circular por el centro de la ciudad en hilera, a 30 kilómetros por hora, dejando el carril izquierdo liberado para posibles urgencias porque "tampoco hay que liarla tanto".

Los únicos taxis que circulan hoy por Madrid en servicio son alrededor de 500 eurotaxis (el 5 % de la flota, adaptado para personas con discapacidad y urgencias en los hospitales, y están funcionando de forma gratuita.

Los taxistas saben perfectamente cómo funciona la movilidad de la ciudad y conocen los puntos neurálgicos de tráfico para colapsar la circulación y, además, han ido sin prisa alguna, porque su intención era ralentizar el tráfico de la capital.

Desde la salida de los taxis de Ifema, han mantenido cortadas la M-40 a la altura de la Avenida de los Andes, con repercusiones en las zonas aledañas, como los recintos feriales, y la Avenida de América, en la A-2.

Al igual que el Paseo de la Castellana, que ha sido colonizado por tres hileras de taxis que no han parado de pitar durante su recorrido hasta la Estación de Atocha y en algunos de ellos se podía leer en el capó: "No tengo fuerza para rendirme".

En muchos lugares, como las rotondas, las principales perjudicadas, los conductores modificaban su ruta para evitar los atascos a medida que iban viendo el colapso que los taxis estaban generando en el tráfico.

Entre los taxistas el ambiente está bastante animado y con el propósito de seguir adelante con la protesta: "Parece que hasta que no molestas en la ciudad los políticos no te hacen caso", ha asegurado a Efe Fernando, uno de los taxistas que ha salido desde Chamartín hasta la estación de Atocha.

Las pitadas han sido una constante durante la marcha pero se han intensificado al pasar por el Ayuntamiento de Madrid y por el Congreso de los Diputados.

"Seguiremos haciendo ruido hasta que nuestras demandas sean escuchadas", ha sido el mensaje que han repetido los taxistas que iniciaron este lunes una huelga indefinida para reclamar una regulación de las licencias de los vehículos de alquiler con conductor (VTC).

Por Ana Márquez

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