
En los últimos años, España se ha convertido en un mercado estratégico para las gestoras de fondos extranjeros y no es para menos atendiendo a las cifras de crecimiento que han protagonizado los productos que gestionan estas firmas foráneas. Hace apenas cinco años, en 2013, gestionaban 65.000 millones de euros y ahora la cifra alcanza los 176.000 millones de euros, un 170 por ciento más.
Tal es su asentamiento en un mercado que todavía invierte poco en fondos de inversión (según los datos del Banco de España solo suponen el 15 por ciento del ahorro de las familias) que las gestoras extranjeras ya controlan el 36 por ciento de todo el dinero que hay en fondos en España.
Pero el éxito de la gestión extranjera no se debe tanto a un aumento de la demanda del cliente retail -ninguna gestora internacional vende fondos directamente a clientes minoristas- como al creciente interés que han despertado entre los supermercados de fondos y, sobre todo, entre los inversores institucionales, entre los que se incluyen los bancos que han recurrido estos años a producto extranjero bien para ofrecerlo a sus clientes de banca privada de una forma más directa o bien para incluirlos en las carteras de sus propios fondos de inversión. De hecho, la cantidad que los fondos y sicavs españolas tienen invertida en fondos extranjeros no ha dejado de crecer en los últimos años y a día de hoy el 89 por ciento de todo lo invierten en fondos de terceros está en producto foráneo (ver gráfico).
Buscando valor en lo sofisticado
Sin embargo, no todos los fondos extranjeros han tenido la misma acogida en el mercado español. Según los datos de VDOS Stochastics, solo uno de esos 30.000 fondos (incluyendo las diferentes clases) que se venden en España consigue superar la barrera de los 2.000 millones de euros bajo gestión en España. Se trata de Deutsche Bank Floating Rates Notes, que en estos tiempos de normalización monetaria se ha convertido en un imprescindible de muchas carteras ya que invierte en bonos flotantes, un tipo de renta fija cuyo cupón va ligado a la subida de los tipos de interés.
"En estas fases de cambio de política monetaria, el precio de los bonos de renta fija suele bajar, ya que los valores de deuda de nueva emisión llevan cupones más altos. Por otra parte, los bonos con tipos de interés variables normalmente no se ven afectados, ya que el cupón se ajusta a intervalos regulares a un tipo de interés", apuntaba recientemente Christian Reiter, gestor del fondo.
De momento, con esta estrategia y a la espera de ver qué sucede con los tipos de interés en la eurozona -ya hay bancos como HSBC que no ven alza de tipos hasta 2021- el fondo ha conseguido si no mantenerse en positivo sí recortar las pérdidas que acumula la renta fija tradicional en el año hasta niveles del 0,61 por ciento. Además, a su favor cabe decir que es uno de los fondos activos más baratos del mercado, ya que el ratio de costes netos es de apenas el 0,21 por ciento sobre el patrimonio. Y esa baja comisión en un contexto de expectativa de rentabilidad a la baja es clave para maximizar las ganancias que se puedan tener en estos activos.
Pero el fondo de DWS, pese a ser el más grande, no es el que más se repite en las carteras de los fondos y sicavs españolas, y eso que está presente en 434 porfolios. Ese honor le corresponde a Merian Global Equity Absolute Return (anteriormente conocido como Old Mutual Global Equity Absolute Return) en el que invierten 580 fondos y sicavs españolas. Sorprende, en un país de inversores conservadores como el español, que éste sea un fondo de bolsa aunque su característica diferencial es que su estrategia es long/short. Es decir, según explica la gestora "mantiene una posición larga en los títulos que se espera que generen una rentabilidad superior a la del mercado, y mantendrá una posición corta en los títulos que se espera que generen una rentabilidad inferior a la del mercado".
En el primer grupo incluye a valores como Intuit, Boeing o Abiomed mientras que en la lista de posiciones en corto se limita a identificar los sectores donde ve potencial, pero a la baja, como el del consumo discrecional, materiales o finanzas, todos ellos muy ligados al ciclo económico. Una estrategia que, sin embargo, no impide que este año genere una rentabilidad negativa del 4,7 por ciento.
De hecho, las pérdidas se repiten en casi todos los fondos que más gustan a los gestores españoles. Solo se salva uno de ellos, Robeco BP US Premium Equities, que sí logra cifras positivas. Gana un 4 por ciento gracias al tirón que, pese a las correcciones recientes, sigue manteniendo Wall Street en el conjunto del año. Un rally que, además, le coloca también como el más rentable de la lista de los últimos cinco años.