
A menos de seis meses para que se produzca de forma oficial el inicio de la desconexión entre Reino Unido y la Unión Europea, las posturas entre los dos bloques negociadores parecen haberse acercado en las últimas reuniones.
Así se desprende de la última comparecencia de Michel Barnier, negociador jefe de la UE, en las que aseguró que pensar en un acuerdo dentro de seis u ocho semanas era algo "realista".
Desde ING aseguran que "claramente hay un largo camino hasta que se llegue al acuerdo, pero al final creemos que es improbable que May abandone las negociaciones sin ese acuerdo".
En la misma línea, desde Citi aseguran que "la Unión Europea no va a firmar el trato, incluyendo la fase de transición, sin que Reino Unido establezca sus obligaciones financieras, garantice los derechos de los ciudadanos europeos y una frontera irlandesa abierta".
Con todo y con esto, el mercado está empezando a desechar un Brexit duro y a comprar una salida del Reino Unido que mantenga un acuerdo comercial con Europa "como nunca antes se ha visto", tal y como avanzaba también Barnier.
Pero, ¿qué significa esto para los inversores? En una economía que muestra una fortaleza considerable con un crecimiento por encima de lo esperado y un desempleo por debajo del 4%, que su bono soberano actualmente ofrezca más rentabilidad que, por ejemplo, el español (el papel británico a 10 años rinde un 1,58%, 7 puntos básicos más que su homólogo español) puede resultar atractivo.
Sin embargo, este dato no se puede analizar sin meter en la ecuación a la libra, que desde la votación se ha depreciado un 13,7% frente al euro y más de un 11%en su cruce con el dólar, haciendo mucho más atractiva la deuda británica. De hecho, ese mismo día, las compras de bonos llevaron su rentabilidad del 1,38% hasta rozar el 0,5% durante el mes de agosto de dicho ejercicio.
"Cualquier noticia que el mercado interprete como un acercamiento será alcista para el cable (como se conoce al cruce entre la libra y el dólar) y es lo que vemos como más probable", apunta Jason Martin, analista de Investing.com. No obstante, hasta que se materialice el acuerdo, el analista espera "volatilidad en la libra".
"Tiene sentido la reacción del mercado a los últimos avances en la negociación entre las dos partes", añaden desde Citi. "Una libra más fuerte impulsará a su vez las rentabilidades exigidas a los bonos soberanos [caídas en precio]", vaticinan.
La bolsa también gana brillo
Con todos estos ingredientes, la bolsa británica también ha ganado atractivo recientemente y, de hecho, el Ftse 100 se ha anotado casi un 23% desde los mínimos de la jornada siguiente al referéndum. "El mercado de valores está muy expuesto al negocio internacional y, por eso, cualquier efecto que pueda tener el acuerdo para el Brexit no debe ser confundido con el efecto en la economía doméstica más allá de lo que suceda con la libra", arguye Simon Nichols, gestor de Renta Variable en Newton, parte de BNY Mellon IM.
"Las compañías han vivido estos dos años con el elemento de incertidumbre por la nueva relación comercial y sectores como el de las utilities o el del retail han sido los más afectados", continúa Nichols.
Sin embargo, el experto destaca un fuerte atractivo en otros valores, como los financieros, "al ser demasiado castigados por los inversores, que han ignorado las mejoras de este sector, que ahora ofrece un importante potencial al alza". En este sentido, el consenso de analistas calcula un recorrido alcista de más del 16%, de media, para estas firmas. Barclays, Standard Life Aberdeen y St James Place pueden ascender casi un 30%, según este mismo consenso, contando las dos últimas, además, con una recomendación de compra.
En el conjunto de la bolsa, la recuperación ha sido importante, sobre todo teniendo en cuenta los beneficios que se esperan. Tres cifras que son claves: 95.000 millones de libras era lo que se esperaba que ganase en 2016 el Footsie antes del referéndum. Esta cifra finalmente se quedó en algo más de 56.000 millones. Sin embargo, para este año el mercado ya pide a las empresas que anuncien un beneficio conjunto de casi 179.000 millones, un 9% más de lo que se vaticinaba a comienzos de este año.