
Aston Martin está cerrando los últimos flecos para su debut bursátil. El fabricante de automóviles británico publicará el folleto de su OPV (oferta pública de venta de acciones) el próximo jueves, día 20. La compañía prevé colocar al menos el 25% de su capital para cotizar ya en octubre en el mercado londinense. A partir del mes que viene, quien no pueda permitirse comprar uno de los vehículos de la marca sí podrá, al menos, ser dueño de una porción del grupo.
Detrás de la salida a bolsa del fabricante del emblemático vehículo de James Bond se encuentra la gran banca de inversión, desde JP Morgan hasta Goldman Sachs, Merrill Lynch o HSBC, tal y como se señala en su intention to float, documento previo al folleto que el fabricante de coches de lujo publicó hace sólo unos días.
Aston Martin comenzará su carrera bursátil en un mal año para el sector automovilístico europeo, que se deja cerca de un 13% en el parqué en 2018; pero en uno no tan malo para el lujo, que es el sector al que pertenece, en realidad, la británica. Los gigantes del lujo europeo - Hermès, Dior y LVMH- registran subidas próximas al 20%.
Tampoco puede olvidarse que el que se dibuja como su comparable más similar es Ferrari, que se estrenó en bolsa hace tres años y que se anota cerca de un 31% este ejercicio. El fabricante italiano cotiza con un Enterprise Value/ebitda (capitalización más deuda, entre el beneficio bruto previsto para este año) de 25,4 veces. Esta ratio se sitúa a años luz del múltiplo al que se negocian las automovilísticas convencionales, que cotizan, de media, con un EV/ebitda de 2,1 veces.
Si Aston Martin saliese a bolsa en línea con Ferrari -algo improbable- y teniendo en cuenta las estimaciones para el grupo británico -304 millones de euros de ebitda y 701 millones de deuda neta en 2018, según Lucror Analytics-, valdría unos 7.000 millones de euros.
Pero Aston Martin no es Ferrari, apunta Óscar Rodríguez, de Sabadell. "Me sorprendería que llegase a cotizar tan cara", afirma. En su opinión, la nueva cotizada podría valorarse a una ratio intermedia entre la que ofrecía Ferrari en su debut, en octubre de 2015 -de 13,6 veces EV/ebitda- y la actual; es decir, a 19,5 veces. En ese múltiplo, Aston Martin debutaría en el parqué cerca de los 5.225 millones de euros. La cifra representa un descuento del 25% respecto a la valoración que tendría en línea con Ferrari (los citados 7.000 millones).
Diferencias con Ferrari
Una de las grandes diferencias entre Ferrari y Aston Martin, explica el analista, es la vinculación de la primera con la Fórmula 1, a lo que se suman las ediciones especiales por precios superiores al millón de euros la unidad. "El número de ediciones especiales que lancen al año es muy relevante; en estos pequeños grupos la recurrencia es muy importante para conseguir buenos márgenes", añade el analista.
"Tendrán que vender un plan de negocio que la gente compre a largo plazo", agrega. Aston Martin espera obtener este año un margen ebitda cercano al 23%, y elevarlo por encima del 30% "a medio plazo". También pretende disparar su producción desde los 6.200-6.400 coches que prevé vender este año hasta 9.600-9.800 en 2020.