
Madrid, 12 sep (EFE).- El déficit del Estado acumulado en los siete primeros meses del año se situó en 18.080 millones de euros, una cifra que equivale al 1,49 % del PIB y que supone una reducción del 13,2 % con respecto al mismo periodo de 2017.
De acuerdo a los datos de ejecución presupuestaria de julio publicados hoy por el Ministerio de Hacienda, esta cifra se alcanza después de que los ingresos -109.444 millones, un 9 % más- aumentaran en mayor medida que los gastos -127.524 millones, un 5,2 % más-.
En términos primarios -es decir, sin tener en cuenta los intereses de la deuda devengados, que en este periodo ascendieron a 15.462 millones- el déficit fue de 2.618 millones de euros, un 0,22 % del PIB, la mitad que en estas mismas fechas del pasado año.
Hacienda también ha publicado la ejecución presupuestaria de todas las administraciones -salvo las corporaciones locales, cuyos datos aún no se conocen- del primer semestre del año, que se saldó con un déficit de 22.698 millones de euros, un 15,8 % menos, lo que equivale al 1,87 % del PIB.
Una vez incluidas las ayudas a la banca -que tienen un impacto positivo de 86 millones por las menores indemnizaciones-, el déficit se sitúa en 22.612 millones, un 1,86 % del PIB.
En ese periodo, la administración central registró un déficit equivalente al 0,82 % del PIB; las comunidades autónomas, del 0,59 %, y los fondos de la Seguridad Social, del 0,46 %.
Por lo que se refiere a la ejecución presupuestaria del Estado hasta julio, Hacienda especifica que incluye la liquidación definitiva de los sistemas de financiación de comunidades autónomas y corporaciones locales, lo que afecta tanto a los ingresos como a los gastos.
El aumento de los ingresos en estos siete meses vino impulsado por los impositivos, que alcanzaron los 93.680 millones de euros, un 8,3 % más.
Los ingresos de IVA aumentaron un 7,8 %, hasta los 44.552 millones, y los de IRPF un 11,9 %, hasta 22.347 millones, después de que se incrementaran tanto las retenciones sobre rentas del trabajo (un 6,4 %) como el resultado de la campaña de la renta (un 12,2 %), lo que ha compensado el efecto negativo de la liquidación de la financiación autonómica del ejercicio 2016.
El impuesto de sociedades ingresó 9.946 millones, un 10,3 % más, por ingresos excepcionales por actas y declaraciones anuales.
En cambio, las cotizaciones sociales bajan un 2,2 %, a 4.279 millones, por la progresiva sustitución de empleados activos con régimen de clases pasivas por otros con régimen de Seguridad Social.
Los mayores dividendos del Banco de España y Enaire impulsaron las rentas de la propiedad hasta los 3.735 millones, un 18,3 % más, mientras que los intereses cobrados por el Estado bajaron un 0,5 %.
El aumento de los gastos en estos siete meses, del 5,2 %, vino impulsado por las mayores transferencias corrientes al Sistema de la Seguridad Social, que alcanzaron los 3.547 millones de euros, el doble que en 2017.
También aumentaron, en un 4,4 %, las transferencias corrientes entre administraciones públicas -suben las de Seguridad Social y comunidades autónomas, pero bajan las de corporaciones locales-.
Las inversiones se incrementaron un 80,3 %; la aportación a la Unión Europea por recursos de IVA y RNB, un 12,7 %, y los consumos intermedios, un 2,3 %.
La remuneración de los asalariados repuntó un 0,2 % en el periodo aunque bajó un 1,5 % en julio debido a que los empleados públicos cobraron el aumento salarial de 2018 cuando el año anterior recibieron en ese mes tanto la subida como los atrasos desde comienzos del ejercicio.