
La obsesión del mercado por contar con una compañía con una capitalización bursátil de un billón de dólares se materializó la semana pasada de la mano de Apple. Con una rentabilidad acumulada de alrededor del 23%, la de Cupertino ganaba la carrera a Amazon al sobrepasar esta cota psicológica.
El fabricante del iPhone vio como en su último trimestre fiscal sus ingresos crecieron un 17% hasta los 53.000 millones de dólares. Aunque la dependencia en su Smartphone sigue siendo evidente (un 82% del total), su negocio de servicios continúa viento en popa, con un crecimiento de ventas del 31% hasta los 9.500 millones de dólares. El beneficio neto de Apple subió un 32% mientras que el beneficio por acción creció un 40% como resultado de la recompra de títulos propios por alrededor de 21.000 millones de dólares.
Precisamente, desde Goldman Sachs, David Kostin, su estratega jefe, y su equipo señalan el efecto de la compra de acciones propias como el factor clave del ascenso de Apple al Olimpo de las capitalizaciones bursátiles. De hecho, estos expertos consideran que las recompras de acciones por parte de las cotizadas estadounidense ascenderán este año hasta el billón de dólares, un 46% más cuando se compara con el año pasado.
En lo que llevamos de año, las autorizaciones para llevar a cabo este tipo de operaciones ascienden ya hasta los 754.000 millones de dólares. "Parte de este impulso es resultado directo de la reforma tributaria, pero un fuerte crecimiento la caja de efectivo también ha sido esencial", recalca Kostin, quien señala como en el caso de Apple, la caja asciende hasta los 243.700 millones de dólares. El pasado viernes, conocimos como Berkshire Hathaway, el conglomerado de Warren Buffett, se sienta sobre un colchón de efectivo por valor de 111.00 millones de dólares.
Precisamente, y coincidiendo con el hecho de que el S&P 500 se acerca de nuevo a los máximos históricos alcanzados el pasado 26 de enero, cabe destacar que el mes de agosto es el más popular para ejecutar estas recompras, concentrando cerca del 13% de la actividad total anual.
De hecho, a estas alturas, la cuarentena por la que deben atravesar los componentes de S&P 500 a la hora de activar sus recompras, como parte de la regulación que rige sobre la presentación de resultados trimestrales, ha llegado a su fin. Con más del 80% de los componentes del indicador ya confesados a sus inversores, muchas de estas compañías pueden seguir adelante con la compra de acciones propias tras el obligado parón del último mes.
"Las recompras representan la fuente crítica de demanda de acciones, dado que la mayoría del resto de propietarios de títulos son vendedores netos (hogares, fondos mutuos, fondos de pensiones)", recuerda el estratega jefe de Goldman.
El segundo trimestre acumula un incremento del beneficio por acción para los componentes del S&P 500 de casi el 24%, según sus cálculos, mientras que las ventas han crecido un 12%. Al menos el 56% de las compañías han superado el consenso del mercado, algo que según los analistas de Goldman es la tasa más alta desde 2010.
Dentro del asunto de las recompras de acciones, el sector tecnológico es el más beneficiado por el aumento de estas. Mientras que la tecnología contabiliza cerca del 40% de las autorizaciones en lo que llevamos de año, el sector sólo representa el 21% de las ejecuciones. Por ello, todavía queda una demanda potencial significativa para los títulos tecnológicos a medida que muchas de estas empresas deben todavía completar los programas de recompras ya anunciados.