
Atenas, 21 jun (EFE).- El Gobierno de Alexis Tsipras confía en poder cerrar esta noche el tercer rescate y abrir las puertas a una nueva etapa de su gestión, más centrada en impulsar políticas de crecimiento y de fomento a las inversiones, pero también en políticas sociales.
"Grecia está finalmente saliendo de la era de los rescates, una época en la que cedió su soberanía y que el pueblo ha pagado muy caro, con jóvenes forzados a emigrar, familias empobrecidas y empresas que tuvieron que cerrar".
Con estas palabras el ministro de Defensa y líder de los Griegos Independientes, Panos Kammenos, resumió hoy el estado de Grecia ocho años después de firmar el primero de los tres rescates, cuyo monto total desembolsado ascendió a 241.600 millones de euros, a los que todavía se sumarán otros 11.000 a 12.000 millones correspondientes al último tramo.
Tsipras adelantó ayer que el fin de los rescates será al mismo tiempo el fin de la austeridad.
Sin embargo, con una supervisión reforzada y el compromiso explícito de que respetará cada uno de los compromisos pactados con los acreedores, incluidas medidas fiscales dolorosas y una nueva bajada de las pensiones en el periodo posrescate, su margen financiero es limitado.
A pesar de todo, Tsipras ha prometido que bajará impuestos, elevará las ayudas sociales y subirá el salario mínimo, situado actualmente en los 586 euros.
Al mismo tiempo, ha asegurado que no solo cumplirá, sino que superará el objetivo para el superávit primario fijado en un 3,5 % anual hasta 2022.
Su plan de crecimiento para los próximos años prevé que todo lo que supere esta meta se destinará a paliar el impacto de las medidas de austeridad aplicadas a lo largo de los ocho últimos años, en los que país perdió el 25 % de su PIB.
El Gobierno confía en que esta mezcla de políticas devuelva credibilidad al país, atraiga inversiones y reactive así el crecimiento.
Con 250.000 empresas que han tenido que echar el cerrojo a lo largo de los últimos ocho años, y el 90 % de los desempleados en situación de paro prolongado, todos los analistas y actores económicos coinciden con Tsipras en que lo que necesita el país ahora es un impulso económico fuerte, y sobre todo inversiones.