
Sydney, 4 jun (EFE).- La subida del precio del petróleo ha obligado a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) a revisar a la baja las previsiones de ganancias de las aerolíneas en 2018, aunque, de momento, no parece que se encarezcan las tarifas, al menos, en el corto plazo.
Se espera que el precio medio del petróleo se sitúe este año en 70 dólares el barril, un 27,5 % más que en 2017 (54,9 dólares), frente a los 60 dólares previstos inicialmente, ha señalado hoy el consejero delegado de la IATA, Alexandre de Juniac.
Los precios del combustible para la aviación aumentarán, de acuerdo con la IATA, un 25,9 %, hasta los 84 dólares el barril, con lo que representarán el 24,2 % de los costes totales de las aerolíneas, frente al 21,4 % en 2017.
El encarecimiento del combustible, junto al de los costes laborales, ha llevado a la IATA a rebajar un 12 % la previsión inicial de beneficio neto en 2018 de las aerolíneas de 38.400 millones de dólares (32.900 millones de euros) hasta 33.800 millones (29.000 millones), ha anunciado en la asamblea general de la asociación que se celebra hasta mañana en Australia.
De esta forma, en lugar de mejorar el resultado neto de 2017 de 38.000 millones de dólares (32.550 millones de euros), se espera una caída del 11 %, que, sin embargo, no es tan drástica como parece, según De Juniac, ya que las ganancias se vieron afectadas el año pasado por el efecto de partidas contables especiales que distorsionan la comparación.
Además, la demanda sigue al alza y se anticipa un repunte del 6,5 % en el número de pasajeros transportados, hasta un total de 4.360 millones.
Se pronostica que las aerolíneas europeas aumenten sus ganancias hasta 8.600 millones de dólares, frente a descensos de las norteamericanas y las de Asia y el Pacífico, ya que su cobertura de combustible es más amplia que la de sus homologas estadounidenses o chinas y es lo que les está ayudando a retrasar el impacto del aumento del precio del petróleo.
Las tarifas no subirán de momento, ya que incluso American Airlines lo descarta a corto plazo, aunque su consejero delegado, Doug Parker, reconoce que, si el precio del fuel se mantiene al alza, podrá finalmente repercutir en los consumidores.
Aunque subieran los precios aéreos, el turismo no se va a ver afectado, según la presidenta ejecutiva del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), Gloria Guevara, porque la demanda sigue en alza, respaldada por la economía, y además las aerolíneas han logrado ser más eficientes.
Guevara ha recordado que 2008 fue un año extraordinario para el sector turístico, a pesar de que el fuel estaba en sus niveles de precio más altos.
Además del combustible, la IATA está preocupada por la privatización de los aeropuertos, ya que el fenómeno de la demanda de conectividad aérea está superando la capacidad de la infraestructura aeroportuaria actual y muchos gobiernos se enfrentan al desafío de encontrar medios de financiación eficientes para una expansión adecuada.
La IATA, en colaboración con Deloitte, ha publicado una guía orientativa dirigida a los gobiernos que están considerando asociaciones público-privadas (PPP) u otras formas de privatización de la infraestructura aeroportuaria.
La guía analiza las diversas opciones de participación privada como corporaciones públicas en su totalidad, modelos mixtos (contratos de gestión de servicios) o con una mayor participación privada (por ejemplo, venta de acciones, concesiones y desinversión total), y concluye que cada una de ellas tiene su parte buena, pero no hay una solución particular para cada caso.
Por su parte, la WTTC apuesta por la biometría para incrementar la capacidad de los aeropuertos, asegurando que su puesta en marcha a nivel mundial requiere una inversión muy inferior a la que se necesita para construir nuevas infraestructuras y, además, mejora la experiencia del pasajero, al acortar notablemente su paso por los controles.