
"El momento de las clase media en Asia está llegando"; Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels, señaló en las jornadas cómo el objetivo de la compañía es aterrizar en Asia, un mercado en auge, donde las clases medias crecen a ritmos vertiginosos.
El aterrizaje de Meliá en Asia no es cosa de los últimos años: empezó hace décadas, y su entrada en esta región también tiene una historia detrás que refleja la estabilidad que generan las empresas familiares en el largo plazo: "Ser empresa familiar ayuda a la expansión. Hace 34 años la empresa se estableció en Indonesia con la familia Surabaya; hoy, ambas familias mantienen la misma participación con la misma joint venture, lo que muestra cómo se creó un vínculo largoplacista". La estabilidad a largo plazo, de nuevo, aparece como una de las características más representantivas de las empresas familiares, según se destacó en varias ocasiones durante las jornadas.
No hay duda de que Asia es uno de los mercados más codiciados en los últimos años, y que, debido a la demografía y al crecimiento que se espera para la región, donde todos los años millones de ciudadanos pasan a ser clase media, son muchas las firmas que tienen interés por entrar en este mercado; Meliá ya lo ha hecho: "Empezamos con cinco establecimientos, y esta semana cerramos el número 49", destacó Escarrer, añadiendo que "hemos dado un giro a Asia, y creemos que va a ser nuestro foco de crecimiento más importante".
El consejero delegado de Meliá hizo hincapié en que "el eje de poder y el eje económico del Atlántico poco a poco se está desplazando al Pacífico", y lo que está "en auge es viajar; tiene un crecimiento exponencial, y queremos capitalizar ese crecimiento", destacó Escarrer, quien cree que "en los próximos 5 a 7 años Asia tendrá más capacidad alojativa para el grupo Meliá que todo Latinoamérica", algo que permitiría "doblar la contribución actual en beneficio bruto", que genera Asia al grupo hotelero, señaló el ejecutivo. "El proceso natural de la clase media es comprar una casa, comprar un coche, y posteriormente ir de vacaciones", destacó Escarrer. Como dato anecdótico, el ejecutivo señaló cómo, hasta finales del los 90, "sólo el 16 por ciento de los americanos tenía pasaporte", ya que no solían viajar fuera del país, y acudían a zonas como Miami o Hawai en busca de playas. "Es entonces cuando la clase media americana empieza a viajar fuera de Estados Unidos", señaló.
Más allá del dividendo
La familia Escarrer controla más de la mitad de las acciones de Meliá -un 52 por ciento- y, sin embargo, no es ella la que fija la política de retribución que mantiene la compañía: "La política del dividendo la marcan los consejeros independientes de la compañía", apunta Escarrer, destacando incluso que "cuando se debate en las juntas, nosotros salimos de la sala". Según él, el dividendo no es el factor en el que más se fija el accionista de Meliá, ya que, en general, se trata de un inversor "más largoplacista, que no busca tanto el dividendo como la revalorización de la propia acción".
En cuanto al efecto divisa, importante para la empresa hotelera, ya que tiene "un 60 por ciento de exposición al dólar", explicó Escarrer, la intención es la de "aumentar el endeudamiento en dólares, que actualmente es un 16 por ciento de la deuda". De esta forma, si el dólar cayese, afectando a sus resultados, se equilibraría con la cobertura, ya que reduciría el peso del apalancamiento de la firma.