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La jibarización de ACS minimiza su balance por debajo de las ventas

  • El modelo contratista de la firma recorta su haber en un 40% desde 2008
Florentino Pérez. Foto: Archivo

En los últimos 10 años, ACS ha protagonizado una transformación casi completa de su modelo de negocio. De concesionaria a contratista, la firma presidida por Florentino Pérez ha mostrado un desapego cada vez mayor por las obras que realiza, con lo que el activo de su balance ha perdido toda correlación con las ventas anuales de la compañía.

Esta evolución ha llegado a tal magnitud que el pasado ejercicio, su cifra de negocios alcanzó los 34.898 millones de euros, superando la cantidad del total de activos en el balance, que se cerró con 31.880 millones. Precisamente, la transformación de ACS queda reflejada en que su balance ha pasado de casi 51.400 millones en 2008 a los menos de 32.000 actuales, es decir, un 38% menos mientras que sus ingresos han repuntado un 117% en el mismo periodo -también le ha permitido desapalancarse hasta tener caja este año-.

Dentro del sector, sólo la alemana Hochtief, el brazo internacional de ACS, cuenta con una relación entre ventas y activo superior. Por el contrario, otras firmas de la industria, como Ferrovial, presentan ratios cercanas al 0,5 entre ingresos y activos (es decir, su cifra de negocio representa la mitad del total del activo).

"ACS es principalmente una constructora pura, aunque no hay que ignorar su negocio como concesionaria y de servicios", apunta Ignacio Cantos, analista de Atl Capital, que reconoce que la compañía "se ha convertido en dependiente de los contratos cada año, sin embargo, compensa esta debilidad con una gran diversificación geográfica, de forma que a menos que haya una recesión a escala mundial, ACS no debería sufrir en este sentido".

De hecho, antes de adquirir Hochtief, el peso del negocio internacional de ACS no llegaba a una cuarta parte de sus ingresos totales mientras que ahora supera el 87%. Según la lista que publica cada año Engineering News-Record, la matriz española es, desde 2013, la primera constructora del mundo, por delante de China Communications, Vinci o Bechtel.

Sin embargo, la jibarización a la que se ha sometido el balance de ACS en los últimos años está cerca de acabar después de la adquisición de Abertis, aunque todavía falta esclarecer cómo será el reparto de activos con Atlantia.

Menores márgenes

La contrapartida de este modelo de negocio radica en los márgenes de beneficio que alcanzan, menores que los del resto de los segmentos, como afirma Cantos, quien explica que "sobre todo desde la crisis, este negocio alcanza unos márgenes inferiores a los del resto, algo que ha sido compensado con unas cifras de ingresos importantes, con volúmenes muy altos de negocio".

En este contexto, el segmento de la construcción, que supone el 78% del total de los ingresos de ACS, sólo convierte 6 de cada 100 euros en beneficio bruto mientras que el de los servicios supera los 10 euros por cada centena.

Esto hace de ACS y Hochtief las dos compañías que ofrecen los menores márgenes de entre las grandes del sector, con un 6,09 y un 4,88%, respectivamente en 2017, mientras que Ferrovial sitúa esta ratio por encima del 14,4% y la media de las 6 entidades más grandes llegan al 9,75%.

Mejora de la recomendación

Indudablemente, la evolución de ACS en los últimos meses ha estado ligada al tira y afloja con Atlantia por hacerse con Abertis. El acuerdo final para repartirse a la concesionaria catalana parece que ha gustado tanto a inversores (se anota más de un 35% desde el anuncio) como a los analistas, que le otorgan su mejor consejo de compra desde abril de 2017, recuperando el primer puesto de La Liga Ibex de elEconomista (el ránking elaborado por este medio que permite detectar qué valores tienen el mejor consejo del consenso, según una combinada de FactSet y Bloomberg) tras escalar 11 posiciones en el último mes.

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