
Una de las grandes ventajas de dedicarse a la salud, financieramente hablando, es que es un bien inelástico y, por tanto, por mucho que varíe el precio no disminuye la demanda. Por ello, este sector suele ser uno de los grandes favoritos entre las firmas de inversión.
A este respecto, que la salud sea un lucrativo negocio genera una competencia feroz entre las compañías que se dedican a ello y, en este punto, ser la primera en algo es primordial. Aquí es donde entra en juego el controvertido tema de las patentes. Una patente farmacéutica es el derecho de uso exclusivo del titular sobre un producto o tecnología por un periodo de 20 años. En este sentido, las patentes son polémicas ya que no son pocas las voces que alertan de cómo limitan el acceso al derecho a la salud. Prueba de esto es el 'Sovaldi' de Gilead, para el tratamiento de la hepatitis C y cuyo coste, dependiendo del país, puede superar los 80.000 dólares.
Por otro lado, los medicamentos patentados tienen un coste elevado porque el gasto hasta conseguir dicha patente también es muy alto y es una manera de compensar a las empresas para que sigan investigando. De hecho, "los fármacos se registran mucho antes, al menos 10 años antes de salir al mercado", recuerda Felipe López-Gálvez, de Self Bank, lo que reduce sustancialmente su periodo de rentabilización.
En este contexto, prácticamente todos los grandes jugadores del sector tienen medicamentos patentados de gran éxito, si bien sólo un 20% de ellos depende de un solo producto (entre aquellas que dan a conocer estos datos y excluyendo países emergentes). Y es que "la diversificación de los ingresos es algo positivo para cualquier compañía, y en especial para las farmacéuticas. Para garantizar cierto grado de diversificación, las farmacéuticas tratan de planificar con antelación y apostar por varios medicamentos ya sea vía adquisiciones o mediante fuertes inversiones en i+D. Esto explica que el farmacéutico sea uno de los sectores que más operaciones de M&A ha registrado a lo largo de la historia", indica Felipe López-Gálvez.
Así, a la hora de elegir una compañía del sector es importante saber cómo se compone su cartera, ya que una vez cumplida la patente, estas firmas tienen que enfrentarse a la comercialización de los genéricos que suelen ser más baratos. De momento, las mejores recomendaciones recaen sobre aquellas empresas que dependen en más de un 50% de un solo medicamento. Se trata de Alexion Pharmaceuticals, Incyte y Vertex Pharmaceuticals.
El valor de la exclusividad
La primera de ellas basa cerca de un 90% de sus ventas en 'Soliris', que se utiliza en el tratamiento de varias enfermedades raras y que el año pasado le aportó más de 3.100 millones de dólares. No obstante, la competencia cada vez está más cerca de poner en riesgo este 'superventas' por lo que Alexion anunció hace unos días que ha conseguido resultados positivos en fase 3 de un nuevo medicamento para el tratamiento de una enfermedad rara en la que ya se utiliza 'Soliris' (en esta fase se estudia si el nuevo producto es mejor que el existente).
"Las nuevas patentes pueden proteger a Alexion frente a la amenaza de la competencia. Una reestructuración reciente permitirá a la compañía enfocarse en su nicho central en enfermedades raras, incluyendo oportunidades de desarrollo comercial", indica Elizabeth Krutoholow, analista de la industria de Bloomberg. El consenso de mercado espera que entre 2017 y 2020 el beneficio del grupo se multiplique por 5 veces, hasta superar los 2.200 millones de dólares.
Para la estadounidense Incyte 'Jakafi', para tratar algunos tipos de cáncer, supone un 74% de la facturación. Desde JP Morgan explican que "la propuesta de valor a largo plazo está intacta". Además, desde el banco señalan que "'Jakafi' tiene un buen rendimiento en el mercado y hay poca competencia y pocas opciones". Eso sí, se espera que este año, como el anterior la compañía aún genere pérdidas, siendo ya en 2019 cuando logre un beneficio cercano a los 50 millones de dólares. Si las previsiones se cumplen en 2020 pasaría a obtener más de 400 millones de dólares.
La tercera mejor recomendación recae también sobre otra estadounidense, Vertex Pharmaceuticals. En su caso, su medicamento llamado 'Orkambi', para el tratamiento de la fibrosis quística, supone la mitad de sus ingresos. Junto a este producto para tratar esta enfermedad cuenta con 'Kalydeco' (del que depende un 34% de sus ventas) y 'Symdeko', aprobado recientemente. Esto implica que la firma tiene prácticamente un monopolio en el tratamiento de la fibrosis quística. Según explicó su CEO, Jeff Leiden, las patentes protegerán la posición de la compañía hasta 2030. A pesar de ganar en bolsa más de un 7% este año, los analistas esperan que durante los próximos doce meses sus títulos suban otro 19%, hasta alcanzar los 191,96 dólares, su precio objetivo. Asimismo, las estimaciones apuntan a que sus ganancias pasarían de los 260 millones de 2017 a los más de 1.700 millones en 2020.
Sin embargo, si es de los inversores que prefiere una cartera más diversificada las mejores recomendaciones recaen sobre Allergan, Merck & Co y Astrazeneca. No sólo se les estima un potencial de doble dígito, sino que la perspectiva es que sus beneficios vayan en aumento.
Mientras que la dueña de 'Botox' dejaría atrás las pérdidas este año y cosecharía más de 6.000 millones de dólares en 2020, Merck y Astrazeneca protagonizarían un crecimiento del 420% y del 100% en este periodo.