Uno de los evangelistas de bolsa explica que el señor mercado es un esquizofrénico de corto plazo que a lo largo recupera la cordura. En la parte de verdad que hay en esta afirmación se explica la resurrección de ACS. El respiro se ha producido tras conocerse que ha pactado con el Gobierno quedarse con los activos nacionales de Abertis, mientras que Atlantia se quedará con los internacionales. La salomónica decisión tiene sabor precocinado, porque todos pensábamos que la intrusión en la operación de Florentino Pérez tenía tajada segura de jamón del bueno. A nadie se le escapa que en el plan de ruta de ACS, a través de Hochtief, está que se le renueven los tramos de AP7 que Abertis iba a perder de las antiguas Acesa y Aumar.
Desde que se conoció la incursión de ACS en la carrera por Abertis, todas las luces alumbraban, y no de farol. La operación estaba avalada por el Gobierno para favorecer a ACS sobre Atlantia. Dos ministros han amenazado con querellarse con la CNMV -más Álvaro Nadal que Íñigo de la Serna-, lo que evidencia la injerencia administrativa en el curso de los acontecimientos.
El regulador, por su parte, desde su independencia, ha defendido que las autorizaciones de las opas por parte de Fomento y Energía no son administrativas de órganos supervisores, sino meros consentimientos en el ámbito concesional-contractual.
Para no encallarse en la vía legal, lo que quedaba por resolver era cómo sellar el pacto, porque a nadie interesaba la judicialización de la operación. El sentido estratégico para ACS desde un principio era indudable, y la dimensión de la presa parecía factible. Hay un momento de enamoramiento de los bancos de inversión con ACS a finales del pasado año, que llevan al título a disputar la mejor recomendación de la bolsa española, con ratios tan apetecibles que le convierten en el primer valor español en incorporarse en cinco año al Eco30 Stoxx, el primer índice de ideas de inversión de calidad de un medio de comunicación seleccionado por fundamentales.
Pero a partir de enero la recomendación empieza a deteriorarse (duodécimo puesto en la Liga Ibex de elEconomista hoy). El proyecto que en un principio compró Floren-tino, erigirse en líder mundial de infraestructuras, por lo que tuvo intensamente en verano trabajando a su equipo financiero, aunque la propuesta formal se presentó en octubre, empezaba a no ser tan rentable para el título en bolsa como parecía, ni tan sencillo financieramente como se presuponía. La acción cedía desde 34 a casi 27 euros. Y ahora, una vez se ha esbozado el pacto con el que se repartirán Abertis, empieza la reconquista hacia techos más altos. En esta reconstrucción influirá que se va poniendo negro sobre blanco en el reparto de activos de Abertis. Pero la negociación avanzará, porque para que esto ocurra ambas partes ya han cedido algo, principio básico de toda negociación.