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Repsol y Gas Natural entran en compás de espera hasta que la música vuelva a sonar

Los analistas creen que ambas compañías pueden salir beneficiadas de la operación, pero habrá que esperar a la actualización de los planes estratégicos para conocer más detalles. La petrolera tiene margen para realizar inversiones de tamaño mediano en el sector eléctrico y mejorar la retribución y la gasista buscará maximizar la rentabilidad y centrar su negocio

La alianza histórica de Repsol y Gas Natural da sus últimos coletazos a la espera de que se concluya la venta del 20 por ciento de la gasista a CVC a cambio de 3.800 millones de euros. Esta separación supondrá un paso adelante en la estrategia de ambas compañías -las dos están pendientes de actualizar sus respectivos planes estratégicos-, pero ambas entran en compás de espera para el inversor. A la espera de conocer más detalles sobre los planes de una y otra, Repsol apunta a realizar compras en el sector eléctrico en España para continuar con su estrategia para ser una energética global.

Por su parte, los fondos siguen ganando peso en la gasista. Los analistas creen que la firma busca ser más eficiente, lo que redundará en que tanto GIP como CVC -que ya ha tenido una experiencia con el nuevo presidente de la gasista, Francisco Reynes, en Abertis- puedan maximizar su inversión. Con estas expectativas, los analistas de momento no sienten ni frío ni calor y mantienen las recomendaciones estables, lo que otorga a ambas un consejo de mantener, a medio camino entre el comprar y el vender.

Repsol

En el caso de la petrolera, el próximo 28 de febrero presenta sus resultados del año 2017, por lo que probablemente tendrá que dar algún detalle sobre los pasos a dar con este dinero, así como informar sobre la política de retribución. "No hay un uso obvio para este capital, probablemente haya más detalles en las próximas semanas y cada vez vemos más probable una actualización de la estrategia a finales de mayo o principios de junio", explican desde Jefferies.

De este modo, en la casa de análisis consideran que "estos fondos pueden ser usados para actividades orgánicas e inorgánicas en los próximos años. Otro uso potencial sería evitar más dilución de los pagos en scrip". Por su parte, en RBC Capital Markets recuerdan que Repsol "subraya que no tiene un uso inmediato para este dinero, pero la dirección ha dado pistas de que invertirá en nuevos negocios renovables". Mientras, en Moody's creen que "actuará prudentemente y reinvertirá de manera gradual en crecimiento orgánico y adquisiciones complementarias más que en devolver capital al accionistas o en una gran compra".

La compañía ya ha anunciado que propondrá un cambio en su política de retribución. Este pasará por realizar recompras de acciones para evitar la dilución que provoca la retribución en scrip. En este sentido, la clave será si la empresa desvela qué porcentaje de la dilución pretende evitar. "En primera instancia, creemos que la transacción propuesta quitará riesgo a la posición financiera, de forma que Repsol estará cómoda embarcándose en un buyback para contrarrestar el scrip", señalan en UBS.

Por su parte, los analistas de Macquarie esperan que la petrolera anuncie en la presentación de resultados que evitará el 50 por ciento de la dilución. Con este escenario y con un petróleo en la zona de 67 dólares, los analistas ven un potencial a la firma cercano al 18 por ciento, hasta 16,6 euros.

Gas Natural

En el caso de la gasista, la salida de Repsol borra la espada de Damocles que colgaba sobre la cotización por el papel vendedor. Después de que la colocación se haya hecho con una prima este riesgo ha desaparecido y, además, los analistas valoran positivamente al nuevo accionista.

"El movimiento debería implicar una renovación completa de la estructura accionarial de Gas Natural. Si se completa la venta, CVC y GIP controlarán más del 40 por ciento del capital (...) y creemos que el interés de los minoritarios estará mejor alineado con GIP y CVC (y Corporación Financiera Alba), con lo que eventualmente se beneficiarán de la rotación dinámica de activos en la compañía que se traslada a un flujo de dividendos constante", explican en JB Capital Markets.

La firma presentará un nuevo Plan Estratégico antes de que acabe el primer semestre y los expertos consideran que puede suponer un apoyo para continuar con la política de desinversión de la gasista. "Puede hacer que haya más transacciones que cristalicen valor. Consideramos que una simplificación a través de ventas probablemente sea positivo para las utilities, ya que desbloquea valor y puede llevar a una mejora de los multiplicadores", explican desde Goldman Sachs.

A día de hoy los analistas esperan que los beneficios netos y brutos de la compañía crezcan entre 2018 y 2020 en torno al 7 por ciento. Asimismo, consideran que en ese mismo periodo su dividendo se mantendrá estable, a los precios actuales supone una rentabilidad del 5,5 por ciento, pero si Gas Natural logra maximizar su rentabilidad los expertos ven posible una mejora de la retribución. De momento, el consenso cree que sus títulos podrían escalar hasta la zona de los 20 euros, lo que supone un potencial del 6 por ciento, pero a la espera de novedades recomiendan mantener la posición en el valor.

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