
Telefónica podría llenar con sus accionistas 16 campos de fútbol como el Bernabéu. Tiene 1,3 millones de propietarios, pero muchos de ellos confunden el precio de adquisición de sus títulos con el actual sin sumar las retribuciones cobradas.
Hay quien te dice que compró timofónicas a casi 30 euros, cuando en realidad el máximo histórico de Telefónica incluidas todas sus retribuciones vía dividendos o amortizaciones es de 22,34 euros, a finales de 2007. Se puede perder más de la mitad del precio de adquisición, incluidas retribuciones, y no hay expectativa a medio plazo de recuperación. Una vez los idus de marzo, los de 2016, con los que Álvarez-Pallete tomó las riendas de la operadora a comienzos de abril de ese año y meses después rompió con la exhausta política de retribución de Alierta, que obligaba a destinar todo lo ganado o más al accionista, el tedio se ha vuelto a instalar en la compañía. Telefónica se compra por PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) al precio más barato en cuatro años, pero el mercado no se emociona con este titular. Los grandes inversores no compran que Telefónica tiene los deberes hechos frente a otros competidores. El propio Pallete lo explica asegurando que Telefónica tiene cable instalado para ir y volver a la luna, mientras que otros no han llegado ni saben cómo regresar. La compañía española ha invertido 54.000 millones desde 2012. Entre el periodo 2014 y 2016, Telefónica ha invertido el 17% de sus ingresos (máximo histórico), porcentaje que ahora desciende levemente al 16.
Telefónica cuenta con más fibra instalada en España que Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Entre 2017 y 2020 pasará de dar cobertura de 19 a 25 millones de hogares, y en su otro mercado principal (Brasil) ya presta servicios en 19 millones de hogares. En este país es donde más crecen sus márgenes brutos (del 30 al 35%), todavía lejos de los de España (41), pero superiores a los Alemania o Reino Unido (25).
Telefónica ha hecho los deberes por encima de sus competidores invirtiendo, pero eso le ha llevado a un endeudamiento que le pesará largo tiempo, y que es el fardo que impide que el título suba en bolsa. Hasta que no se desatasque la venta de 02, la deuda no dejará de ser una cruz para muchos gestores. Con una carga financiera de más de 47.000 millones, el día que llegue a desprenderse de la británica se quitará una cuarta parte de esa mochila. Si esto ocurriera el mercado empezaría a mirarla sin la cara de aburrimiento que ahora lo hace. El accionista sí compra que el beneficio neto, incluso el ebit (antes de interés e impuestos) va a crecer en torno a los mil millones en los próximos dos años. El mercado se cree que la rentabilidad por dividendo es fiable y que en los precios actuales se asegura un dividendo alto. Pero si el título sube y la retribución baja del 4% se pierde todo interés. Con 40 céntimos como retribución fija mientras no baje la deuda, los 10 euros son un techo.