
Durante los últimos años Sacyr ha pasado por la bolsa española por más malos tragos que buenos. En 2015 se vio arrastrada por la complicada situación de Repsol y a partir de ese momento no ha sido capaz de acompañar a la petrolera en su recuperación. Sin embargo, el cierre de la financiación de la autopista Pedemontana-Veneta en el Norte de Italia le ha dado alas en bolsa y abre la puerta a una recuperación mucho más profunda.
Durante la sesión del viernes han llegado a dispararse un 8,6%, para después relajar su subida al 6%. Con estos ascensos logra ponerse en positivo en el año y, además, la operación mejora sustancialmente las perspectivas de la compañía para los analistas.
"Este proyecto pone a Sacyr en el mapa para futuros proyectos en Italia y es un activo líquido, lo que abre la puerta a potenciales desinversiones para financiar requerimientos de capital en otras concesiones", explican en Fidentiis.
Desde la casa de análisis fijarían su precio objetivo entre los 3,2 y los 4 euros según los distintos escenarios, pero en ambos casos el potencial alcista sería notable: cercano al 50% en el peor de los casos y del 86% en el más optimista.
La financiación lograda por Sacyr -tiene una participación del 49% en la concesión- consiste en un bono de 1.220 millones de euros con un cupón del 5% y vencimiento en 2047 y otro subordinado de 350 millones cuyo interés asciende hasta el 8%.
La importancia del acuerdo reside en la fuente de dividendos que recibirá Sacyr a partir del año 2021. "Calculamos 30 millones en 2021, 40 millones a partir de 2031 y 120 millones en 2047", explican en Fidentiis. En total la concesión debe distribuir 5.500 millones de dividendos a partir de 2020, de los cuáles 2.700 millones se atribuirían a Sacyr.
"Los números que ha dado la directiva sugieren que hay un potencial atractivo de creación de valor y, después de un largo proceso, hay más certidumbre sobre el proyecto, lo que implica noticias positivas", apuntan en Haitong.