
En todos los informes que se elaboran desde los distintos bancos de inversión o consultoras hay una misma conclusión: el futuro de la gestión de activos tendrá a la gestión pasiva, aquella que se limita a replicar el comportamiento de los índices con productos de bajo coste, como la gran triunfadora. Sin embargo, eso no implica que su gran competidora, la gestión activa, vaya a desaparecer, sobre todo si el ciclo de mercado deja de ser tan alcista como lo ha sido los últimos años y se vuelve a ver descorrelación entre los diferentes tipos de activos y mercados.
De momento, esta vuelta a la normalidad es lo que se está produciendo este año. "La gestión activa tiende a funcionar mejor cuando los mercados de mueven más por fundamentales y menos por temas macro", afirma Ana Guzmán, profesora del IEB. Los inversores, sobre todo si se busca tener rentabilidad no solo a largo plazo sino también a corto, han actuado en consecuencia y de hecho, una encuesta de Natixis Global AM revelaba hace unos meses que el 79% de los compradores de fondos de todo el mundo consideraba que "el entorno actual es favorable a la gestión activa".
No es de extrañar, por tanto, que, a diferencia de lo que se ha visto en años anteriores, en este 2017 las entradas de dinero que están recibiendo los fondos de gestión activa sean muy similares a las que reciben los fondos pasivos. En concreto, según los datos de Morningstar, hasta agosto los fondos activos han captado 547.000 millones de dólares mientras que los pasivos han conseguido 575.000 millones. Una diferencia mínima, sobre todo si se tiene en cuenta que en 2016 los primeros tan solo consiguieron 124.000 millones frente a los 542.000 de los segundos.
"El hecho de que los bancos centrales hayan sido tan expansivos en el pasado ha provocado que todo los mercados subieran en bloque y cuando todo sube lo mejor siempre es tener productos que presenten menores precios, pero ahora que ya se empiezan a tantear políticas menos expansivas es cuando la gestión activa vuelve a tener adeptos", apunta Juan Ramón Caridad, director académico del Máster de Finanzas e Inversiones Alternativas FIA.
Además, en este resurgir de la gestión activa también influye que esos buenos fundamentales que ahora guían al mercado se concentren sobre todo en Europa o los países emergentes, plazas no tan eficientes como la de EEUU y en las que es más fácil batir a los índices. Un reciente estudio de Lyxor avala con datos esta teoría ya que afirma que en el segundo trimestre del año el 63% de los gestores de bolsa consiguió hacerlo mejor que su índice de referencia, frente al 11% del primer trimestre.
"La gestión pasiva en renta variable tiene mucho sentido en EEUU, sobre todo cuando tiran las tecnológicas porque comprar un ETF en EEUU implica tener una alta exposición a las Faang (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) pero estas empresas ya no están tirando tanto y por eso ahora los ETFs de EEUU no suben tanto", continúa Caridad.
Esa poca diversificación del mercado americano explica que solo el 13% de gestores de bolsa de de EEUU de gran capitalización bata al índice a 10 años, según el estudio de Lyxor. "Los asesores pueden estar dirigiéndose hacia la gestión activa buscando mayor control del mercado para evitar pegarse demasiado a un índice teniendo en cuenta que hay mucha liquidez en mercado y que hay algunos que pueden estar muy sobrevalorados", defiende Javier Méndez Llera, secretario y director general del IEAF-FEF.
En la deuda ahora es necesaria
Más allá de la renta variable, en renta fija los diferentes giros en cuanto a la política monetaria que están llevando a cabo los bancos centrales ha disparado la volatilidad de este tipo de activos y ha llevado a muchos inversores a buscar una gestión activa de los fondos donde invierten.
Según los datos de Morningstar, los productos de renta fija han recibido este año entradas de dinero por valor de 526.000 millones de dólares, la mitad de lo recibido en toda la industria y de esta cantidad el 70% ha ido a parar a fondos de renta fija de gestión activa, que además se benefician de contar con una mayor oferta que los pasivos. Al menos por ahora ya que, según apunta Simon Klein, responsable de ventas en Europa de Xtrackers, "la única tendencia en ETF que me creo realmente es la de la renta fija".
Sin embargo, este resurgir que está teniendo la gestión activa en lo que va de año no anula la idea de que en el futuro el sector que presentará un mayor crecimiento será el de productos pasivos. En cifras, Citi pronostica que en el año 2026 alcanzará el 42% de toda la industria, frente al 17% actual.