
Desde el 19 de mayo, hace poco más de tres meses, Shire ha cedido un 20% en bolsa, tres puntos porcentuales más de lo que pierden sus títulos en lo que llevamos de año. La empresa, especializada en el negocio de los fármacos hematológicos, pareció remontar el vuelo a mediados de junio, donde recuperó alrededor de un 9% de su valor en el parqué londinense, pero lo volvió a perder una semana después. ¿Qué está ocurriendo para que la farmacéutica irlandesa, una de las joyas del sector, esté de capa caída?
La compañía entró en elMonitor, la herramienta de inversión en ideas internacionales de elEconomista por fundamentales, en enero de 2016, y en diez meses la estrategia seguida hizo ganar a los inversores un 35,7%. Sin embargo, el precio de la acción se vuelve a situar estos días cerca del punto de partida, en torno a las 39 libras.
Para los dos próximos trimestres, la previsión de beneficios es bastante positiva, y se espera que pase de pérdidas a ganancias en el tercer trimestre, hasta los 873 millones de libras, con respecto al mismo periodo del año anterior. En el cuarto trimestre, la subida prevista es del 141% interanual. Asimismo, de cada cien libras que ingrese en 2017, 30 serán convertidas en ganancias, según los expertos. Ante este escenario, el consenso del mercado recogido por FactSet le otorga una recomendación de compra.
Sin embargo, los riesgos existen. El año pasado, Shire adquirió a la también farmacéutica Baxalta por 32.000 millones de dólares, lo que le abrió las puertas del mercado estadounidense y que hoy representa en torno al 67% de sus operaciones totales. La misma compañía alertaba en su informe de mitad de año que "el grupo ha incurrido en un endeudamiento extraordinario significativo en relación a la adquisición, lo cual ha disminuido la flexibilidad del negocio y ha incrementado sus gastos en el pago de intereses".
Si el año pasado, a raíz de la compra de Baxalta, Shire acumuló un endeudamiento de 4,6 veces su beneficio bruto de explotación cuando la ratio del sector farmacéutico era de 0,9 veces, las estimaciones para 2017 y 2018 son algo más favorables. El apalancamiento sería de 3 y 2,1 veces su beneficio bruto de explotación, respectivamente, frente a las 0,8 veces del conjunto del sector.
Las causas de la caída
En un contexto de debilidad, el dólar ha perdido en torno a un 10,4% en lo que llevamos de año frente al euro y alrededor del 5% contra la libra esterlina. Teniendo en cuenta que la mayoría del negocio de Shire se desarrolla en Estados Unidos -donde aparte de la hematología, también tienen peso los fármacos para el tratamiento de enfermedades raras y terapias inmunológicas-, la depreciación del dólar está jugando en contra de sus intereses. Al convertir a su moneda base los beneficios obtenidos en EEUU a un tipo de cambio menos favorable, obtiene unas ganancias inferiores.
A este escenario se añade la aparición de productos genéricos que imitan las patentes de Shire como otro de los riesgos señalados por la firma irlandesa. Pero, sin duda, es el litigio iniciado contra la también farmacéutica Roche uno de los posibles motivos por los que Shire cae a doble dígito en bolsa. El laboratorio suizo quiere dar un buen mordisco al negocio de tratamientos para la hemofilia, un mercado de 11.000 millones de dólares que domina la irlandesa, y para ello ha desarrollado un competidor al que ha llamado emicizumab.
Roche se atrevió a recomendar a los médicos que no utilizaran Feiba, el medicamento elaborado por Shire para coagular la sangre, y la irlandesa llevó a la suiza a los tribunales por unas valoraciones "infundadas y engañosas". Sin embargo, en una entrevista reciente con Reuters, Flemming Ornskov, consejero delegado de Shire, le quitaba hierro al asunto. La idea de que un nuevo fármaco, que todavía debe responder a cuestiones de seguridad y tolerancia, pueda dañar las ventas de Shire son para Ornskov "nada realistas".