
El miércoles a cierre del mercado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió a los inversores sobre la cotización de Pescanova, después de que el valor se revalorizase un 650% desde el cierre del primer día. A raíz del aviso del regulador, la reacción de los títulos de la compañía -que solo controla el 1,6% de la Nueva Pescanova- fue una fuerte caída, del 57,6%, subrayando, una vez más, el carácter especulativo de los movimientos del valor.
El supervisor alertaba a los inversores sobre la necesidad de repasar la información financiera de la compañía y, de hecho, los analistas no parecen ser capaces de emitir un veredicto sobre los títulos y ningún banco de inversión otorga una recomendación o un precio objetivo para la firma.
Un volumen disparado
La empresa alcanza tras la caída de ayer una capitalización de 25 millones de euros y en las últimas sesiones sus títulos han cambiado de manos a una velocidad de vértigo. La compañía cuenta con un total de 27,8 millones de acciones en circulación y en las seis sesiones desde su vuelta al parqué se han negociado 166,1 millones títulos, lo que implicaría haber movido todo su capital en casi 6 ocasiones.
Cuando comunicó que levantaba la suspensión del valor -ha estado sin cotizar durante cuatro años-, la CNMV señalaba que se habían llevado a cabo operaciones de compra venta de acciones a un precio de 0,03 euros. Si la cotización de la firma alcanzase ese precio implicaría un retroceso del 96,5% desde el cierre de ayer y su capitalización se quedarían por debajo del millón de euros.
Antes de que la compañía dejase de cotizar, cada título alcanzaba un valor de 5,91 euros, frente a los 0,27 euros en los que cerró su primer día en su vuelta al parqué. Desde esa jornada sus acciones aún se revalorizan un 222%.