
Pese a que el S&P 500 cerraba el pasado viernes su mejor trimestre desde 2013, si tomamos su rentabilidad ajustada al riesgo, el indicador se aleja de sus máximos a medida que las expectativas sobre una reforma fiscal, un gasto en infraestructura y desregular sectores varios, como el financiero o el energético, enfrentan la realidad política en Washington.
"Las conversaciones con nuestros clientes reflejan una creciente preocupación sobre cuáles serán los vientos de cola para los beneficios empresariales derivados de las políticas propuestas (en referencia a Trump)", señala David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs. "Nuestros economistas esperan una rebaja del impuesto de sociedades a finales de año pero pocas reformas de calado en el código tributario", anticipa.
Kostin y su equipo señalan que pese a la rentabilidad del 6% acumulada por el S&P en los tres primeros meses del año, los valores del indicador expuestos a una mayor tasa impositiva y que más se beneficiarían de una reforma, han disipado su fuerte repunte postelectoral durante los últimos dos meses. Un caso similar ha ocurrido con las compañías de pequeña capitalización, que tras dispararse un 16% un mes después de las elecciones ante las expectativas de mayor crecimiento e impuestos más bajos, se queda 390 puntos básicos por detrás del S&P 500 en los que llevamos de año.
Una dinámica que también se refleja en los sectores relacionados con las infraestructuras, como el de materiales de construcción, que se ha dejado un 10% en los últimos dos meses. Por su parte, la prima prevista por una regulación más laxa, sobre todo en el sector financiero "ha colapsado bruscamente en las últimas dos semanas".
En estas circunstancias, los expertos de Goldman avisan que con la temporada de resultados del primer trimestre arrancando el próximo 17 de abril, los inversores no deben confiarse con aquello de comprar durante las caídas. "El 75% de las compañías del S&P 500 no pueden implementar recompras de acciones durante las próximas semanas, por lo que siendo la mayor fuente de compras, existe menos apoyo para las subidas si los datos económicos decepcionan o las noticias políticas desencadenan algún tipo de debilidad en el mercado", justifican desde Goldman.
Goldman estima que el beneficio por acción del S&P 500 alcanzará los 116 dólares este año, lo que implica un crecimiento del 9%. Por su parte, otros como J.P. Morgan elevan esta meta hasta los 128 dólares en 2017. Un objetivo que descuenta que no habrá cambios en materia fiscal y la recuperación de los beneficios empresariales sigue siendo "resistente" a lo largo del año.