
Los inversores estadounidenses tienen todas sus miras puestas esta semana en Mar-a-Lago, el retiro estival del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y donde el republicano recibirá los próximos 6 y 7 de abril a su homólogo chino, Xi Jinping. Un encuentro que se promete complicado sobre todo tras las últimas declaraciones del inquilino de la Casa Blanca, quien amenaza con tomar una posición unilateral contra Corea del Norte si Pekín no intercede o insiste en que el gigante asiático manipula su divisa.
"Xi se muestra más confiado de que puede encontrar un entendimiento con Washington, por lo que sus peticiones serán limitadas para asegurarse de que la reunión tiene un éxito relativo", explica Bonnie S. Glaser, consejera para Asía en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Desde que tomase posesión de su cargo como presidente de EEUU, Trump ha amenazado con imponer tarifas fronterizas de hasta el 45% sobre las importaciones chinas y ha insistido en que Pekín manipula su divisa con fines competitivos. Acciones que amenazan con desencadenar una guerra comercial con consecuencias devastadoras a nivel global.
Al mismo tiempo, el mandatario incluyó su compromiso de denominar oficialmente a China como un manipulador de su divisa. Esta decisión debe completarse por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien presentará su informe bianual sobre divisas este mes en el Congreso.
"Es probable que la tendencia alcista de los mercados enfrente una nueva prueba esta semana, cuando Trump reciba a Xi Jinping en su campo de golf en Mar-a-Lago, en Florida, que en palabras del propio presidente Trump podría ser difícil", indica Michael Hewson, analista jefe de mercados en CMC Markets, quien reconoce que los inversores comienzan a "cansarse de los juicios y tribulaciones de Trump en el Congreso".
De ahí que la todas las miras se concentren en el próximo viernes, jornada donde los datos "duros" de la economía compartirán protagonismo con este primer encuentro entre ambos líderes. Coincide, además, con el periodo de silencio de las cotizadas, donde el 75% de las firmas del S&P 500 no pueden implementar recompras de acciones. Siendo esta la mayor fuente de demanda dentro de la renta variable, "existe menos apoyo para las subidas si los datos económicos decepcionan o las noticias políticas desencadenan algún tipo de debilidad en el mercado", avisa David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs en un informe a clientes.
Aún así, Xi busca en esta primera toma de contacto contar con un perfil bajo sin obtener resultados concretos y evitar así cualquier situación que acabe por convertirse en carne de cañón para instigar los peligroso tuits del presidente americano y desestabilizar a los mercados hasta que la temporada de presentación de resultados comience el 17 de abril.