El martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparecerá en el Capitolio donde ofrecerá detalles sobre su agenda política, con especial atención al reemplazo del Obamacare y la esperada reforma tributaria. Hasta entonces, el mandatario ofreció el lunes un guiño del que se convertirá en el primer presupuesto orquestado por su administración.
La partida correspondiente al año fiscal 2018, cuyos detalles se presentarán a mediados del próximo mes, apuesta por incrementar el gasto en defensa en casi un 10%, es decir, alrededor de 54.000 millones de dólares, una cifra que drenará los fondos del resto de agencias federales.
"Este presupuesto será un presupuesto para la seguridad pública y nacional", indicó el republicano durante una sesión de trabajo con los principales gobernadores estatales del país, que la noche previa acudieron a una cena celebrada en la Casa Blanca. Declaraciones que llegaron momentos antes de que las distintas agencias federales recibieran detalles preliminares sobre las cantidades iniciales que la administración central planea repartir a partir del próximo 1 de octubre, cuando arranque el nuevo año fiscal. Planes que el gobierno tendrá que homologar con el Capitolio.
"Incluirá un incremento histórico en defensa para reconstruir nuestra mermada fuerza militar en el momento que más lo necesitamos", señaló Trump, quien reiteró que EEUU "puede hacer mucho más con el dinero que gasta" y que su administración logrará hacer "más con menos" gracias al raciocinio de Mick Mulvaney, el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto.
Para que el efecto sea neutro, se esperan reducir las partidas en ayuda internacional así como las dirigidas a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) o el Departamento de Estado, entre otros. Sin embargo, junto al gasto en defensa, el presidente también avanzó "una gran inversión en infraestructura". "Tenemos que arreglar nuestras infraestructuras, no tenemos otra opción y además esto creará empleos, lo que es bueno", añadió.
Con estas palabras como referente, los valores de compañías ligadas a defensa y aeronáutica se vieron especialmente beneficiadas con el ETF iShares U.S. Aerospace & Defense, que incluye 39 valores, alcanzó un máximo histórico tras subir más de un 1%. Entre los títulos individuales más destacados, despuntaba Lockheed Martin, con subidas del 1,5%, Boeing, con incrementos del 0,5%, o Northrop Grumman, que sumó cerca de un 1%. Por su parte, compañías ligadas a las infraestructuras, como Caterpillar, llegaron a apuntarse subidas del 2%. Otros nombres, como Martin Marietta Materials, Vulcan Materials y el productor de acero, Nucor, se anotaron incrementos que oscilaron entre el 3% y el 4%.
Cabe recordar que el inquilino de la Casa Blanca arremetió tras su victoria electoral contra Boeing y Lockheed Martin por el elevado coste del Air Force One y del jet de combate F-35, respectivamente. Rencillas que parecen haberse solucionado, aunque la administración Trump vigilará de cerca cómo se distribuye el incremento del presupuesto en defensa. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, indicó que en el diseño del presupuesto, el gobierno no alterará programas como el de Seguridad Social o el Medicare, el plan de salud para jubilados y menores.
Precisamente, Trump se reunió el lunes con los representantes de las principales aseguradoras sanitarias del país, como UnitedHealth, Aetna, Anthem, Cigna o Humana, a los que prometió "algo especial" en su hazaña por cancelar y reemplazar la reforma de salud orquestada por su predecesor, Barack Obama. "Hablaré sobre ello en mi discurso", dijo en referencia a su comparecencia hoy en la Cámara de Representantes.
El Obamacare, que ofrece cobertura médica a 20 millones de estadounidenses, fue descrito por el mandatario republicano como "un desastre" que está "explotará absolutamente", en referencia al incremento de tarifas tras la salida de algunas de las aseguradores que participaron en la iniciativa.
