
En este artículo nos vamos a centrar en las pautas bajistas que despliega Netflix. Actualmente la compañía estadounidense cotiza en las inmediaciones de los 140 dólares y hace solo cuatro años estaba a 7 dólares. Es decir, en menos de un lustro ha conseguido una subida espectacular. La firma que dirige Kelly Bennett también ha tenido un incremento de ventas cercano al 20% y, últimamente, se ha acelerado al 35%, gracias a su expansión en varios países.
Nació siendo un videoclub, ofreciendo contenido audiovisual online de pago y películas y series a través de correo postal. A pesar de que con el auge de Internet la piratería ha hecho fuerte el lema del todo gratis, la empresa ha logrado crear una extensa red de usuarios que está dispuesta a pagar por sus servicios.
Sin embargo, no es extraño encontrar gestores que se estén planteando invertir a la baja en la compañía. Motivos no faltan. De hecho, cotiza a unos múltiplos altísimos: su PER -número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción- está próximo a las 100 veces en ventas.
Se trata de un múltiplo que se puede considerar normal a tenor de lo que ocurre con las empresas de alto crecimiento en Estados Unidos, ahora bien, lo primero que tenemos que valorar es: ¿cuánto tiempo podrá mantener este ritmo de crecimiento? Una cuestión que, como veremos más adelante, genera dudas razonables entre analistas e inversores.
Si que es verdad que en Internet el primero siempre juega con ventaja y consigue economías de escala y negociación dominante, pero existen varios peros en su contra.
Lo primero es que los servicios que ofrece no son una necesidad básica. No podemos pensar que va a alcanzar el nivel de saturación de, por ejemplo, los teléfonos móviles o los usuarios de Facebook, que es gratuito. Además, la facilidad con la que la gente se ha dado de alta puede ser la misma con la que se den de baja. Podría ocurrir que un telespectador esté dos meses sin encontrar en el catálogo series de su gusto, como ha sido mi caso.
La segunda es la competencia. No tiene muchas barreras de entrada, de hecho, estas firmas pueden crecer con la misma facilidad. En España, por ejemplo, Telefónica ofrece un servicio similar con una implantación importante. Hay barreras de entrada con ofertas cruzadas de varios servicios.
Por otro lado, Netflix tiene la necesidad de ser una empresa global, donde cada país tenga su liga o sus presentadores estrella. Otro aspecto es que es competencia directa de empresas como HBO, y de gigantes similares que están entrando al mercado como YouTube o Amazon.
¿Lanzar una operativa bajista?
En los últimos trece años ha subido en el 60% de los eneros, siendo sus mejores meses los de 2012 y 2013, en los que sus títulos se revalorizaron más de un 70% en el primer mes del año. Estas cifras reflejan la buena acogida que reciben los resultados de la compañía ya que, de media, sus títulos suben un 19% en la jornada posterior a la presentación de sus cuentas. Sin embargo, después de la presentación se pueden encontrar pautas bajistas. Si alguien cree que vale la pena invertir a la baja en Netflix le adjuntamos las mejores pautas bajistas.
Tres meses más tarde de que se despliegue la pauta alcista del primer mes del año -concretamente, entre los días 18 de enero y 11 de febrero- tenemos la primera bajista (ver gráfico).
Otros tres meses después, se produce la segunda, y finalmente la última también, a una distancia similar de las dos anteriores. Estas pautas que hemos visto se dan cada tres meses y parece que tienen algo que ver con los resultados que presenta la compañía en esas fechas.
Se trata de una empresa con bastante volatilidad y liquidez, y por eso es fácil de operar. Y es que, en esta compañía se negocian, en un día, una cantidad de opciones superior a todo el mercado español. Esto nos permite, por ejemplo, comprar Puts fácilmente en las cortas fases bajistas.