
Más de 143.000 millones de dólares, unos 134.560 millones de euros. Ese es el dinero que se ha dilapidado con la espantada de Kraft del pasado domingo. Y es que la estadounidense retiró la oferta para adquirir la anglo-holandesa Unilever. La que iba a ser una de mayores fusiones de la historia ha pasado a batir récords negativos y se ha convertido en el segundo mayor fiasco de la historia reciente en materia de fusiones y adquisiciones. De hecho, según datos de Bloomberg, en los últimos 17 años, sólo se había echado por tierra una fusión de tamaña magnitud.
La mayor operación de este estilo que no ha llegado a buen término fue la protagonizada por Allergan y Pfizer. Ocurrió en el verano de 2016 y fueron "los cambios adversos en la legislación fiscal" los que dieron al traste con la operación. Nada más y nada menos que 173.000 millones de euros cayeron en saco roto con la ruptura de negociaciones entre ambas firmas ante las nuevas medidas tomadas por el Tesoro de Estados Unidos, que estaban destinadas a frenar las operaciones de este estilo que tuvieran como objetivo el pago de menos impuestos.
Por detrás de ambas operaciones, queda la que protagonizó también Pfizer y AstraZeneca. La farmacéutica estadounidense número uno mundial, había llegado a ofrecer hasta 88.000 millones de euros por hacerse con su rival británica AstraZeneca, el séptimo laboratorio por ventas en todo el mundo. Sin embargo, la compañía con sede en Londres rechazó la operación pese a que se ofrecía una prima de más del 50% de su valor antes del anuncio de compra.
Lejos del sector farmacéutico, son Honeywell y United Technologies las que han protagonizado la mayor ruptura entre dos compañías en el presente siglo. La mayor operación corporativa de los últimos años en el sector aeroespacial se vino abajo después de que Honeywell retirara su oferta de 90.000 millones por United Technologies. Dave Cote, el presidente ejecutivo de la primera firma, aseguraba entonces que no se iban a volver "locos tratando de conseguir un acuerdo a cualquier precio".
Fue el año pasado cuando se dieron por finalizadas las negociaciones entre ambas compañías, aunque anteriormente, en el mes de mayo de 2011 y en abril de 2015, ya se habían mantenido contactos entre las dos empresas.
Como era de esperar, las acciones de Unilever se desplomaban más de un 8% en la jornada de ayer al calor de este movimiento. Un descenso que sirve para disipar parte de las ganancias acumuladas en la sesión del viernes, cuando sus títulos se dispararon más de un 13% en la bolsa holandesa.