
El inversor Carl Icahn, conocido por su activismo en las compañías en las que invierte, será un asesor especial de la administración Trump en materia de supervisión regulatoria, según confirmó el jueves el equipo de transición del presidente electo. Su apoyo al republicano Donald Trump desde el comienzo de su campaña y sus recomendaciones en diversos temas han logrado que Icahn se haga un hueco en el próximo gobierno, al que ya ayuda para buscar candidatos para ocupar la presidencia de la Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), el regulador de los mercados a este lado del Atlántico.
Sin embargo, el cargo de Icahn no será formal, por lo que el inversor no recibirá un sueldo por su labor y podrá mantener sus negocios e inversiones. Este octogenario, quien como Trump ha criticado duramente la gestión del presidente Barack Obama, ha jugado un papel importante a la hora de decidir posiciones cruciales dentro del próximo gobierno.
"Carl me ha respaldado desde el principio y siendo uno de los mejores empresarios del mundo, he apreciado enormemente su gesto", dijo Trump en un comunicado. "No es sólo un negociado brillante sino que también alguien que sabe predecir el futuro, especialmente en lo que se refiere a la economía y las finanzas", añadió.
Según el Wall Street Journal, apoyó con entusiasmo que el presidente electo barajase nombres como Steven Mnuchin para el Departamento del Tesoro y Wilbur Ross para el Departamento de Comercio. Nombres que posteriormente se confirmaron para dichos cargos en ambos casos.
Icahn, con un patrimonio que asciende hasta los 16.700 millones de dólares, según la revista Forbes, también aconsejó a Trump en su decisión de nombrar al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, como próximo encargado de liderar la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
Desde la década de los 70, este inversor ha criticado con dureza las decisiones de los consejos de administración de muchas compañías cotizadas. Es por ello que su activismo a la hora de aumentar su posición en una empresa determinada para forzar cambios en su consejo y orquestar así ciertas operaciones financieras, como la recompra de acciones o aumento en los dividendos, son bastante conocidas.
Entre sus últimas batallas destaca la mantenida con Apple y su consejero delegado, Tim Cook, al que en mayo de 2015 escribió una carta asegurando que los títulos de la compañía podrían valer hasta 240 dólares. De ahí que recomendase a la compañía llevar a cabo una recompra de acciones. Este inversor también ha instigado guerras similares en otras empresas, como Xerox, American International Group y eBay.
Precisamente, la SEC es la agencia federal que suele controlar este tipo de reyertas entre esta clase de inversores y los consejos de muchas compañías. De ahí que su papel como asesor en la búsqueda del próximo capitán de esta entidad, actualmente liderada por Mary Jo White, pueda ser significativo.
"Estoy orgulloso de servir como asesor especial en materia de reformas regulatorias al presidente electo Donald Trumo", dijo el inversor en un comunicado. "Bajo la administración Obama, las empresas estadounidenses se han visto presionadas por más de un billón de dólares en nuevas normativas y más de 750.000 millones de horas en burocracia", criticó mientras señaló que "es hora de liberarnos de una regulación excesiva y dejar que nuestros emprendedores hagan lo que mejor saben hacer: crear empleos y apoyar a nuestras comunidades".