
"Hillary Clinton será mejor para Wall Street que Donald Trump", asegura Christopher Dembik, economista de Saxo Bank, coincidiendo con muchos otros expertos y con la estadística. Desde 1990, el S&P 500 se comporta mejor en tres de los cuatro años de los ciclos electorales si el inquilino de la Casa Blanca es del Partido Demócrata.
Son cifras recogidas por Citi, entre las que también destaca el hecho de que los dos mejores ejercicios del principal índice en Estados Unidos en los últimos 25 años son los que coinciden con la reelección de Bill Clinton y de Barack Obama.
En 1997, el selectivo celebró con una subida del 31% la segunda victoria del marido de la actual candidata demócrata. En 2013, la continuidad del ahora presidente saliente se reflejó en el S&P 500 con un repunte del 29,6%.
La historia es inflexible: Wall Street se siente más cómodo con los demócratas en el poder y premia la estabilidad, pero Citi recuerda que, "aunque las elecciones son importantes, más relevantes son las previsiones de beneficios de las compañías".
En base a esta reflexión, la firma de inversión norteamericana explica que, de media, los terceros años de los ciclos electorales son los mejores para el S&P 500 -estén demócratas o republicanos en la Casa Blanca- en la medida en que, al estar cerca las elecciones, "desde la política se impulsa la actividad económica para influir en el electorado".
De cara a la próxima cita con las urnas, la del 8 de noviembre, inversores y analistas ya se han posicionado a favor de la estadística. "Las ortodoxas propuestas y la imprevisibilidad de Donald Trump no gustan", resume Aurelio García del Barrio, profesor del IEB, quien añade que "incluso ciertas voces del Partido Republicano abogan por la candidata demócrata".
Pero, en junio, el Brexit demostró que llegada la fecha, cualquier resultado es posible. Por eso, pese a las encuestas favorables a Hillary Clinton, una victoria de Trump no se puede descartar y éste es el principal peligro que atormenta a los mercados.