Bolsa, mercados y cotizaciones

Las gestoras nacionales pierden un 11% de su patrimonio en la década

  • Los activos que atesoran en España las firmas internacionales crece un 164%

Las firmas extranjeras gustan cada vez más en España: en la última década han pasado de atesorar 44.103 a 116.500 millones de euros en fondos de inversión, según los datos de Inverco al cierre de junio, un periodo en el que el patrimonio en gestoras nacionales ha pasado de 254.323 a 226.154 millones, un 11% menos. Pero el auge de las primeras no solo se ve en que han más que duplicado su cuota de mercado en nuestro país desde 2006 -al pasar de comerse un 14 a un 33% del pastel- sino que, en realidad, han sido las verdaderas artífices del incremento del patrimonio en fondos en estos años.

Se observa en un dato: el volumen total en activos entre las firmas nacionales y foráneas ha pasado de 300.432 a 344.670 millones de euros entre 2006 y 2016. Pero las extranjeras han sido las que más han aportado: 72.397 millones; las nacionales, a pesar de que llevan captando dinero intermitentemente desde 2013, todavía se sitúan 28.169 millones por debajo de lo que gestionaban hace diez años.

El porqué de su éxito

Una de las razones que lleva al inversor español a buscar productos comercializados por gestoras foráneas es la búsqueda de una mayor especialización. "La sofisticación de los mercados financieros ha ido acompañada de una mayor demanda y cultura por parte de los ahorradores. Y las gestoras internacionales han sabido adaptarse mucho mejor", asegura José María Luna, director de análisis y estrategia de Profim. La cada vez mayor competencia provoca que "solo los mejores sobrevivan" y, tal y como comenta Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar, "es normal que las propuestas competitivas ganen terreno a productos que no añaden valor".

En España, los fondos de bolsa solo suponen un 10% de los activos gestionados, en comparación con el 40% que ponderan en otros países europeos y el 50% de Estados Unidos. "Aún hay muchos activos invertidos en fondos que no son necesariamente adecuados para los inversores. La cuota de mercado de productos como los garantizados o los de rentabilidad objetivo es excesiva", critica De Cenzano.

Precisamente, "el todavía importante volumen de inversión en depósitos y la limitada oferta de las gestoras domésticas" ha sido, para Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, uno de los factores determinantes que ha propiciado el trasvase hacia fondos foráneos. Aunque no el único. Tal y como explica Luna, la aparición de fondos de fondos ha facilitado el acceso a productos de terceros, la mayoría de firmas extranjeras, de una enorme reputación y a los que de otra manera el inversor no podría acceder. "Esto ha sido un espaldarazo para las gestoras internacionales", valora. Más, en un país como España donde hasta hace pocos años era la banca la que distribuía los fondos.

La aparición de nuevos intervinientes (como las eafis o las agencias de valores) unida a la mayor implementación de la arquitectura abierta -esto es, vender fondos de gestoras externas a la suya- permite abarcar una mayor amplitud del abanico de fondos que ofrecen las foráneas. Los supermercados de fondos -como Tressis, Renta 4, Self Bank, All Funds o Inversis- actúan como intermediarios entre las gestoras y los clientes, como unas tuberías a través de las que pueden comprar. El resultado es que entre las 20 mayores gestoras en nuestro país ya se cuelan 9 extranjeras. BlackRock y JPMorgan son las mayores: gestionan, cada una, 24.735 y 11.077 millones -ver gráfico-.

El dilema local

Uno de los mayores problemas para los expertos es que, en España, "prima la capacidad de distribución y los incentivos de los distribuidores, y no necesariamente la calidad en la gestión", critica De Cenzano. Aunque, eso sí, hay que separar el grano de la paja. "También hay buenos gestores, aunque quizás haya que buscarlos más en las boutiques", sugiere Luna. Sin embargo, estas últimas, a pesar de lograr mejores rentabilidades a largo plazo, tan solo dominan el 5% de la cuota en España.

Precisamente, la nueva directiva europea de Instrumentos Financieros (Mifid II), cuya entrada en vigor está prevista para 2018, quiere acabar con el modelo de retrocesiones, al obligar a desglosar qué parte del coste es comisión de gestión y qué parte de comercialización. Algo que, para Luna, podría suponer otro aliciente más para las firmas extranjeras: "Si un cliente no quiere pagar por el asesoramiento, la tendencia clara será empaquetar el servicio: carteras gestionadas y fondos de fondos. Al final, el subyacente serán productos internacionales", concluye.

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